¿Qué pasa si te digo que hay un hombre con el poder de enamorar a cualquier persona solo por tu cuerpo?
Te presento a Eros, el dios primordial responsable de la atracción sexual, el amor y el sexo.
Él es capas de atraer a cualquier mujer, y a cualqu...
+ Eros…+ Un paso hacia adelante, dos atrás, media vuelta… ¿Qué… qué más? + Eros…+ No debo hacer caso a ninguna petición… lo sé ¿Qué más? +Eros… nunca des tu verdadero nombre.+ — Ah, si…— Parpadeé varias veces para después saber donde estaba. Me encontraba en la oficina de jefe. » Éste lugar es aterrador«. Nunca me agradaba venir con él, ya que siempre sucedían cosas inesperadas, desagradables. Alguien se asomó por el marco de la puerta, y era mi buen amigo Phichit. +Jefe, ya casi iniciamos.+ Dijo con una gran sonrisa él. Phichit siempre ha tenido su autoestima muy alta, a pesar de la situación en la que estamos. Él y yo somos compañeros de departamento, llevamos dos años trabajando en esta basura y no podemos encontrar un mejor empleo. Nos tachan por haber ejercido en estas áreas. — Con permiso.— Me levanté de mi silla para hacer una reverencia e irme con mi amigo. + ¿Te dijo algo? + Preguntaba ansioso. Todos los días, cada que me trae aquí esperamos noticias buenas, pero nunca me decían nada parecido. Tristemente, negaba, aunque le sonreí igualmente, para que él intuyera esperanza.— Saldremos de esta Phichit, lo prometo.—
Horas después llegó nuestro momento de trabajar. Las chicas estaban vistiendo con la típica erótica ropa, mientras que yo vestía un traje negro de ajuste al cuerpo. Del uniforme, habían algunas partes trasparentes, que hacían ver mi, por ejemplo, omóplato del hombro izquierdo, reluciendo mi blanquecina piel junto a las preciosas piedras que estaban adheridas a la fibra, continuando esa mina de oro hasta la cintura. La tela que sobraba hacía un gran pliegue en mi cintura, ondeando por la derecha de mi cadera. Realmente era un hermoso traje de diseñador… Mis compañeros de baile vestían otras ropas igual de llamativas que la mía.
Aquí en el trabajo nos llamamos por "sobrenombres" ¿Por qué? Por privacidad. En estos últimos días recibimos muchos acosos antes de irnos, aparte, no queremos que éste trabajo nos afecte más en nuestra vida. A Phichit lo llamamos "El rey", sí… el eligió su sobre nombre. Y éste chico que está vestido con una ropa tal vez más llamativa que la mía, le decimos "Ágape" porque así se llama el diseño de la ropa. +Apresúrate, Eros.+ Decía el chico de cabello rubio, Ágape. —Voy…— Suspiraba pesadamente mientras terminaba de ponerme los zapatos para bailar. Si, mi sobrenombre es Eros. No… no es por mi diseño, ni por que yo quise… así me apodaron los del bar. "Eres como Eros. Irradias sensualidad." dicen las personas quienes me ven. Una vez ya listos en las posiciones que tocaban, abrieron los telones y salimos a bailar.
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+ ¡Ahhh!~ Que bien que hemos terminado.+ mencionaba El Rey mientras buscaba aire, realmente la rutina de hoy era muy agotadora. +Después de esto necesito un descanso.+ +¿Podemos salir a tomar algo?+ Preguntaba Ágape a nuestra coreografa. +Claro, pero no se tarden.+ +Genial… ¿Vienes, Eros?+ pocas veces convivía con Ágape, pero no me gustaría tampoco ser su enemigo, así que acepté y acompañé a los chicos.
Ambos pidieron algo de licor, por mi parte solo pedí un refresco. Nunca tuve un autocontrol con el alcohol y no quiero pasar por aquello cuando era joven. Hablábamos un poco de las chicas del equipo de baile y cuando las risas de Phichit abarcaban la conversación solo sonreímos ante ello.
» ¿Qué voy a hacer? «
Mi mente se distrajo con aquella pregunta que desde que entre aquí a trabajar. »Necesito encontrar algo mejor«. Buscaba alternativas para salir de aquí, pero no quiero dejar solo a mi amigo. Siempre me a acompañado a todos lados, pero esta vez nos hemos metido en este asqueroso lugar.
La coreografa nos llamó y volvimos con ella. Nos comentaba que ahora tenemos que armar nuestros propios bailes para los clientes que pidan servicios. Rápidamente su mirada fue guiada hacia la mía, y con un gesto de ¿odio? haciendo que recuerde lo que me había dicho el jefe.
» Te pagaré lo que necesites, solo no ofrezcas tus servicios a cualquiera… solo lo harás conmigo.«
