¿No les ha pasado que se despiertan en la noche para ir al baño y tienen temor de mirarse al espejo y encontrar un monstruo? Dejenme decirles que a mi sí. Todas las noches me levanto para ir al baño como muchas personas, tampoco quiero hablar de mirar al pasillo mientras caminas en medio de la oscuridad por que esa es otra historia.
Estando en el baño hago lo mio y antes de salir me estaba lavando las manos cuando noté algo raro en el reflejo, este tenia una mancha en la mejilla así que traté de frotarla y borrarla pero no se iba, así que entonces decidí lavar mi cara. Mientras estaba agachado pude ver con mi visión periférica que mi reflejo no lo estaba, sequé mi rostro y observé el espejo, me di cuenta que mi reflejo estaba inerte y solo me seguía con la mirada. Quedé en un shock absoluto mientras veía que esa mancha era una herida que se abría poco a poco por mi rostro escurriendo chorros de sangre por mi mejilla. Traté de gritar pero mi garganta se cerraba y no podía alejarme de ese maldito espejo.
Me di cuenta que yo no controlaba mi reflejo, el me controlaba a mi y yo solo copiaba sus movimientos, supe que no saldría de esta cuando vi a mi reflejo tomar unas tijeras y rebanar su cuello enfrente de mi. Pude sentir como un líquido caliente caía por mi pecho y vi como los chorros color carmesí salpicaban ese espejo donde mi reflejo continuaba inerte observando como me desangraba hasta desvanecerme.
Ahora la pregunta es ¿Tenemos miedo al monstruo del espejo, o al monstruo que se refleja en el?.
Esta historia está basada en el suicidio de un chico cuyo nombre no puede ser revelado. Sufría esquizofrenia y fuertes alucinaciones a causa de rechazar los medicamentos aportados para su enfermedad. Cometió sucidio a los 21 años. Su cuerpo fue encontrado en el baño por su madre. Este tenía cortes en el rostro y la garganta degollada.
