Lo soy todo.

Después de los largos meses de invierno, la primavera se abre paso; el cielo a través de las nubes; loas flores a través de la nieve.

 Las flores empiezan a despertar de susueño y los pequeños pájaros van de un sitio a otro, libres, aleteando velozmente con el corazón latiendo como caballos por un prado.

El mar a veces sereno, a veces peligroso; a veces besando las rocas y otras golpeándolas con furia, como un ser humano con verdaderos sentimientos.

Y el fuego… ¡oh! El pobre fuego, todos pensando que es malvado cuando solo está desesperado, buscando compañía, sin tener la culpa de que todo lo que toca lo destruye.

Y os preguntareis:¿Quién soy yo?

No soy nada, y lo soy todo.

Soy una voz en el viento, una gota de agua cuando llueve, una palabra en un libro, un rayo de sol en un día de verano.

Soy el ángel de la conciencia y a la vez el demonio que juntos provocan luchas internas cuando no se sabe que hacer; soy el destino y el azar, la desesperación y la esperanza, el amor y el odio.

Soy aquel invierno que no puede vivir sin el verano, aquel cielo que no es nada sin las nubes, aquellas flores que ahora huyen de la nieve, aquellas rocas que no cambiarían si el mar y aquel fuego que no existiría sin destruir.

Soy quien todo lo sabe, a quien todos conoce y quien siempre está presente en todos los momentos.

Porque yo no soy nada… Y lo soy todo.