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Mangle corría feliz por el prado, riendo mientras escapaba del temible pelirrojo que la perseguía.

Con salto muy largo, atrapó a la albina por la cintura, haciendo caer a ambos para rodar en el césped.

Ambos soltaban carcajadas muy felices por su juego, al terminar de reír, se miraron a los ojos; ella veía a su amado con amor, acariciando su rostro, lo acercó lo suficiente para juntar sus labios.

Dedicarse palabras dulces y amables era uno de sus pasatiempos favoritos.

Legado el ata-

...

La de ojos dorados no pudo continuar la escritura por unas traviesas lágrimas que caían de sus ojos, manchando el papel y corriendo la tinta del lapicero.

Mordía su labio inferior con mucha fuerza para no soltar un quejido de dolor. Su mirada mostraba molestia y angustia.

Temblaba por el dolor que le causaba a su frágil corazón.

El único lugar donde era feliz es en sus cuentos.

The End. [Foxangle]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora