Y aquel niño, al fondo de la clase, levantó su mano y preguntó:
- ¿ Qué quiere decir "darle a la vara" ?
Ya está, ya salió la vara a relucir, lo sabía, venía preparado para casi todo, y para esta pregunta, también.
- Eso es para mayores, cuando tengáis unos añitos más, lo entenderéis.
Momento de nerviosismo, ya es la hora. Son las once, tras la puerta se oye un coro de voces cantando al unísono una canción en inglés, que no consigo adivinar cuál es, espero, llega la maestra de lengua y nos saludamos.
- Buenos días, ¿ya ha salido la profesora de inglés? - Me pregunta con un aire risueño y desenfadado.
- Buenos días. No, sigue en la clase, llevo un rato esperando - le contesto fingiendo la serenidad que en esos momentos anhelaba.
Sentía un cosquilleo en el estómago, como si cientos de mariposas revolotearan en su interior, y pensaba: <<tranquilo, solo son niños>>.
Llega el momento, tras unos minutos de espera, que se me hicieron eternos la maestra llama a la puerta y abre, lo primero que vi fue a unos veinte niños sentados en sus pequeños pupitres y todos ellos en un movimiento rítmico, giraron sus cabezas en la dirección donde yo me encontraba, mi hija salió corriendo hacía mi para abrazarme y besarme, seguida de un par de amigas que gritaban como posesas en la puerta de la clase: "Evaaa, tu padreeee".
Entro en la clase, los niños recuperan sus posiciones en los pupitres y parece que la tranquilidad vuelve a reinar en el ambiente.
La maestra se dirige a los niños haciendo una pequeña presentación.
- Bueno chicos, aquí tenemos al autor del relato del que os hablé ayer, creo que no necesita mucha presentación, es el padre de Eva,¿ ya le conocéis, no?
- ¡Hola chicos! Vengo a leeros un relato que escribí hace poco, pero antes quisiera deciros algo, si le parece bien a la maestra, claro - dije, mirándola de reojo para observar su reacción.
Ella asintió.
Lo que quiero deciros, es que como veis por mi vestimenta, yo no soy escritor, soy carpintero, pero esto no quita para que podáis conseguir lo que queráis con esfuerzo y con ilusión, con trabajo, con mucho trabajo, y de ésto es en parte de lo que habla el relato que hoy os traigo, del esfuerzo, del compañerismo, de la amistad...
Me encanta leer, cuantas más páginas tenga el libro, mejor, así dura más la historia, mi historia. La que cada uno se imagina en su cabeza, porque si os hablo de una habitación con un árbol de Navidad, cada uno va a ver su habitación y su árbol de Navidad, y eso es lo encantador de la lectura, vivir un mundo imaginario en cada cabeza .
Quería hablaros también de la importancia de la escritura, de escribir con las menos faltas de ortografía posibles, porque a todos siempre se nos "cuela" alguna falta donde menos lo esperamos, y todo lo que escribáis, todo, siempre va a haber alguien que lo lea, y es preferible que esté lo mejor escrito posible, ¿verdad, seño?
Observaba sus caras, sus reacciones, y por lo que podía adivinar, al menos no les estaba aburriendo...
- No os canso más, chicos, paso a leeros el relato, se titula " Como cada lunes ".
"Cada lunes se venía a la carpintería con aire dicharachero. Modestino tenía el rostro marcado por los años y el trabajo de toda una vida..."
Mi sorpresa fue cuando, al mirar por encima del texto que tenía en mis manos, les veía sacar un cuaderno y un lápiz y de vez en cuando apuntaban algo, y según avanzaba en la lectura, veía como en alguno de ellos empezaba a aflorar alguna lágrima, que yo mismo a duras penas logré reprimir.
Finalizada la lectura del relato, llegaron unos aplausos espontáneos, que esta vez sí, me emocionaron y me colmaron de ilusión y orgullo. En sus ojos se podía leer lo que estaban deseando hacer, empezar a preguntar, y sin más dilación, comenzaron a bombardearme por todos los flancos, qué significa dicharachero, pinchotero, pelvis, herencia, ebros, darle a la vara...
Después de aclaradas las dudas llegaron las preguntas que traían preparadas de casa, qué te dieron de premio, porqué escribiste el relato, qué sentiste cuando se murió el hombre, te alegraste cuando te dieron el premio...
Una vez contestadas todas las cuestiones, vino la pregunta que más me impactó, y que puedo asegurar que la niña que me la hizo la traía preparada de casa, ya que pude ver el papel donde llevaba sus preguntas, y que paso a contaros.
-¿ Porqué eres tan guapo ?.
-El que lo es, lo es. - contesté.