Bala por bala| Osomatsu-san/ AU Mafia

Carga

El mandato del alto grupo criminal Matsuno fue uno de los más famosos en toda Italia luego de la tragedia que surgió durante la época de los 90's. Los ex fundadores del imperio Matsuno recibieron una traición y con ello una trampa por el rival grupo mafioso, llevándose con sigo toda la riqueza y reliquias que alguna vez poseían.

La ley del país lograron encontrar su ubicación, los policías tanto militares rodearon los edificios de dicha compañía criminal del mismo día que ocurrió la estafa. Durante la noche los escándalos de la ley atrajo la curiosidad de la familia Matsuno, los dueños del mando mafioso fueron protegidos por sus empleados explicando la complicación y posible fin para su organización.

Los temores de la gente dentro del edificio eran grandes, no tenían tantas posibilidades de cantar victoria contra la ley. Los disparos de las balas fueron guardados en la memoria de los hijos de la familia Matsu, el caos y terror se volvieron un trauma para los pequeños.

Los tres hijos con el nombre de Osomatsu, Ichimatsu y Todomatsu presenciaban el día más recordatorio que abarcara durante toda su vida.

Antes de la llegada de la ley observaron con sus propios ojos lo más valioso en su vida ser arrebatado por los rebeldes.

Detrás de las puertas entre abiertas que conectaba con la gran oficina de su padre Matsuno se mantenían los seis sextillizos escuchando las discusiones contra los negociadores del líder Matsu. Osomatsu, Ichimatsu y Todomatsu se encontraban detrás de la primera puerta y Karamatsu, Choromatsu y Jyushimatsu del otro lado de la segunda puerta.

No entendían muy bien aquellas pláticas, apenas mantenían los once años de edad y a casi cuatro días para cumplir los doce.

—¿Qué esta pasando, Osomatsu-niisan? —pregunto el segundo pequeño del otro lado de la puerta, mirándolo con inocencia. Los demás también le siguieron la vista.

El mayor de los niños le dirigió la mirada sin seguridad.— No lo sé, Karamat-...

Un sonoro sonido violento no le permitió terminar su frase, los seis pequeños miraron asustados dentro de la habitación, viendo como un hombre alto y de aspecto viejo golpeaba a su padre.

—¿Por qué golpean a papá? —pregunto Jyushimatsu cubriendo un poco su boca con sus nudillos del puño.

—Yo.. no... lo sé —respondió cortante nuevamente Osomatsu.

Más golpes dolorosos llegaban a los oídos de los pequeños, no tenían mucho valor para entrar ahí, todos esos hombres se veían muy peligrosos, peor el supuesto líder del otro grupo mafioso.

—¡Que dejen de lastimar a papá! —exclamo en un tono alto Todomatsu quebrando sus palabras con señales de querer llorar.

—Todos queremos eso —suavizo sus palabras Ichimatsu mientras le tomaba la mano al menor de todos dando apoyo y seguridad.

—Es demasiado... es demasiado —Choromatsu se abrazaba sus propios brazos mirando al piso, eso no le impedía seguir escuchando aquellos puñetazos.

Luego de unos instantes dejo de sonar la piel chocante impactando contra el rostro de Matsuzo, el padre y dueño de La riqueza Matsuno.

El hombre que se a su nombre se desconoce por términos de seguridad y proteger su identidad a todos los comerciantes del país por su misterioso modo de trabajar. Hizo tronar y acariciar su muñeca herida a la fuerza que sometía contra su cliente.

Matsuzo no podía incorporarse del todo formal, tosía gravemente y sus jadeos llenaban la habitación en silencio. Su rostro estaba al borde de arruinarse por las cortaduras, moretones, sangre, labios partidos y dientes arrancados; su físico ya no lucía bien.