Parte Única

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Chanyeol se separó jadeando de la boca dulce de Baekhyun, mirándolo a los ojos mientras pasaba su pulgar por el labio inferior del más bajo, el cual estaba rojo e hinchado por la sesión de besos que acaban de compartir para ocultar los gemidos de estar masturbándose mutuamente en el baño.

- Chanyeol -lo advirtió el más bajo.

- Lo sé.

Se separaron con esfuerzo, saliendo finalmente del cuarto de baño y al pasillo de la facultad como si nada hubiera ocurrido. Chanyeol se pasó una mano por el pelo oscuro, desordenándolo y haciéndose ver como todo un bastardo mientras Baekhyun se colocaba bien la chaqueta. Entraron en clase justo a tiempo, eligiendo sus sitios habituales al final de la clase mientras el profesor montaba el proyector.

Mientras tomaban apuntes sobre las influencias de la música asiática en composiciones occidentales, Chanyeol no podía evitar desviar su mirada hacia el otro chico sentado a su derecha, Baekhyun tomando apuntes tan centrado en su tarea que hasta sacaba la lengua en señal de concentración. Se habría reído si lo que le pasaba por la cabeza no fuera un asunto que tenía poco chiste.

- Deja de mirarme, nos van a regañar -le susurró el más bajo, sus ojos nunca abandonando la pizarra.

- ¿Cómo sabes que te miro a ti?

Baekhyun lo miró de soslayo, sus ojos artificialmente azules fijos en él y una sonrisa suficiente adornando su cara bonita.

- ¿Te hago una lista de razones, Park, o te basta con que somos amigos desde que teníamos pañales y ya lo sé todo de ti?

Chanyeol bufó, rodando los ojos, pero dejó de mirarlo. Era cierto, se conocían desde que ambos eran unos críos, desarrollaron su amistad y su gusto por la música a partes iguales, así que no dudaron en mudarse juntos a Seúl para estudiar en su prestigiosa universidad. Pero en algo se equivocaba Baekhyun, y eso era en que no lo sabía todo de Chanyeol.

Ambos sabían cuáles eran las reglas de su relación. Sin sentimientos, sólo sexo, un sexo glorioso en opinión de Chanyeol, pero nada más. Simplemente era más fácil, más sencillo liarte con tu mejor amigo que pasar por el trago de tener que encontrar a alguien lo suficientemente borracho como para que aceptara liarse contigo una noche pero lo suficientemente sobrio como para que no te vomitase encima.

Chanyeol sabía pulsar los botones del mayor para encenderlo con facilidad y hacerlo sentir como nadie más lo podía hacer, y el alto no era más que un muñeco queriendo ser controlado en las hábiles y expertas manos de Baekhyun. Se conocían tan bien que podían saber qué era lo que el otro quería simplemente con una mirada, una respiración, un escalofrío de la piel.

Quizá fue esa la razón, pensó Chanyeol mientras cogía la lista de asistencia de manos de Baekhyun y sus dedos se rozaban suavemente. Quizá se conocían tanto y tan bien que no pudo evitar que esa conexión se creara, pero ahora no podía romperla. Porque se había enamorado, pura y llanamente, de su mejor amigo.

Durante un tiempo, Chanyeol vivió aterrorizado, no sabiendo qué hacer. ¿Debía decírselo? Pero no quería ni pretendía renunciar a Baekhyun, ni como amigo ni como amante, así que calló. A veces, Baekhyun lo miraba intensamente y él pensaba que había sido descubierto, pero el más bajo nunca decía nada y simplemente lo dejaba pasar.

La primera vez que se planteó confesarse fue el primer día que se besaron. Nunca antes lo habían hecho, besos que fueran en la boca y no en el cuello o las clavículas y que buscaran arrancarles gemidos de sus gargantas. No, no había cabida en sus encuentros para algo tan íntimo y sentimental como un beso. Pero Chanyeol se arriesgó y, contrariamente a lo que creía que ocurriría, Baekhyun, después de mirarlo un segundo de más, lo atrajo de nuevo hacia sí y volvió a besarlo mientras Chanyeol se hundía en su interior.

Límites (ChanBaek/BaekYeol)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora