¿Qué esconde esa silueta que acaricia mi alma? El tierno susurro de su voz me despertó una noche y vi que allí estaba, tomando mi mano y diciéndome las cosas que en sueños, soñaba que decía. Era confuso todo, pero si era verdad yo aun no lo creía... Allí fue cuando plantó su beso en mis labios, no, eso no podía ser mentira, era una verdad manifestada en forma de amor, un amor que creí lejano y por momentos, también creí imposible. Y se repitió el beso, y luego de ese, otro más, y otro más, y otro... hasta que sus labios me supieron a vida y la calidez de su corazón y de su respiración empezó a iluminar esos lugares en mi, donde había sombras.
Mientras mi camino y el suyo empezaban a cruzarse, los corazones se impacientaba, parece increíble que ellos lo supieran mucho antes del sueño, pero nosotros no. Me mira y mi mundo se volvió a crear en ella. En medio del sueño, yo la tocaba dulcemente, pero no era mi piel la que hacía el tacto, sino el millón de canciones en las que le dedicaba mi vida. Querida y amada mujer de mis sueños, cuántas casas se habrán derrumbado esta noche, cuantas vidas rotas e ilusiones perdidas, cuántos muertos en vida quedaron esperando respuestas... nadie lo sabrá nunca, y al final no importa porque esta noche puedo sentirte cerca de mi una vez más.
La melancolía, que en otros tiempos era combustible para el corazón y las letras, se transformó en algo lleno de vida y de colores, casi tantos que su propia existencia se vio amenazada. Pero la melancolía es fuerte, y junto a los recuerdos, pesares y amores logró sobrevivir, aunque ahora permanezca en silencio, a la espera de salir al rescate cuando las campanas suenen, o cuando la vida nos golpee. Pero no te asustes, el miedo es parte del proceso y los golpes, parte de la vida... Pero la inspiración... eso es cosa del alma y más tarde que temprano, termina por llegar, solo que aveces, para hacer poesía no se necesita ni melancolía ni inspiración, siquiera escribir bonito; a veces, para hacer poesía, solo basta con un beso y todas las demás historias de amor se vuelven obsoletas.
Y le prometí adorarle mientras se fundía en mis brazos y poco a poco, por fin, mi corazón y el suyo aprendieron a hablar el mismo idioma...
Y desperté del sueño sonriendo, pero ella ya se había vuelto realidad y me esperaba al final de un túnel, para tomar mi mano y caminar entonces, un nuevo camino. No hay alegría mas grande en mi alma que está. Pacientemente me fui adaptando y aprendiendo de sus silencios, la verdad es que ya no se la diferencia entre el sueño y una realidad, pero le quiero... y eso es algo que no se somete a las leyes del tiempo, ni de los sueños.

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Tibia Claridad
RomanceEl pequeño relato de un sueño, que quizá se hizo realidad, aunque aun falta mucho para saberlo con certeza n.n