La historia de Audrey

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Desde un principio, quería que Audrey fuese un personaje importante. Además, me encontré con el hecho de que Rowling no había dejado nada en claro acerca de ella más allá de que se casaba con Percy y que ambos tenían dos hijas. Ni siquiera se sabía su apellido. Pensé primero en Hepburn, como la actriz, pero acabó siendo Holmes por el simple hecho de que en ese momento estaba enganchadísima a Sherlock.

El caso es que realmente necesitaba que fuera alguien que marcara las vidas de todos los Weasley, y no solo del propio Percy. Pero, por supuesto, a este tenía que ayudarlo el que más. Tenía que hacerle ver que él no era prescindible, y que su familia todavía le necesitaba. La función principal de Audrey fue unir de nuevo a Percy y al resto de sus hermanos, haciéndole ver que nunca es tarde para cambiar o rectificar tus errores del pasado. Y tenía que ser, sí o sí, muggle. Porque una bruja no habría opinado igual acerca de él. Una bruja habría sabido la historia de la Batalla de Hogwarts. Tanto yo como escritora como Percy como personaje requeríamos de alguien con quien él pudiera empezar de cero. ¿Y quién mejor que alguien que no tiene ni idea de magia ni sabe nada acerca de Hogwarts? Además, este detalle ayudó, sin duda, a que Percy recobrara una buena relación con su padre, pues ambos compartían la misma pasión por los muggles (a pesar de que a Percy solo le interesaba una en concreto).

Lo que Audrey representa es la chispa de esperanza que la familia necesitaba después de la muerte de Fred. Cuando todos empezaban a darse por vencidos, cuando Percy y George creían que ya no quedaba nada por lo que luchar, es cuando ella apareció. Y demostró que siempre puedes salir adelante a pesar de las adversidades.

Pero la vida de Audrey antes de que los Weasley entraran en su mundo no fue precisamente un camino de rosas. Su familia era pequeña, minúscula: solo contaba con tres miembros, ella misma y sus padres. Sin embargo, su padre se fue de casa cuando ella era muy pequeña, así que se crio en una casa bastante solitaria. Por eso fue, y sigue siendo para ella, un tanto chocante ser parte ahora de una familia de casi treinta miembros (en el buen sentido de la palabra, por supuesto).

A los dieciocho años, al empezar su carrera, se fue a vivir a un piso de estudiantes cerca de su Universidad. No eligió su carrera de psicóloga al azar; desde siempre le había gustado poder solucionar los problemas de la gente mediante el razonamiento y el uso de las palabras (ya visteis el gran efecto que tienen estas en Percy el mismo día en el que se conocen, y también en George, aunque indirectamente). Pero, aunque le gustara hablar conversar con la gente, solo se sentía cómoda si era un pequeño grupo de personas a su alrededor, debido sobre todo al ambiente en el que creció.

Su madre murió aquel mismo año en un accidente (su nombre era Lucy; así pues, las dos hijas que tuvo con Percy más adelante estaban bautizadas con los nombres de las madres de cada uno). A pesar de que los primeros meses fueron de lo más duros, fue capaz de sobreponerse al dolor y salir adelante. Pero se volvió todavía más callada, distante y distraída de lo habitual. Hecho que la llevó, por cierto, a chocarse con Percy cierto día que iba andando por Londres sin prestar atención a dónde se dirigía.

No se esperaba en absoluto que él quisiera volver a verla, pero Percy era lo que más necesitaba en aquel momento; alguien con quien hablar. Poco a poco, y sin darse apenas cuenta, fueron conociéndose ambos más y más cada día, contándose anécdotas, relatándose experiencias e intercambiando opiniones. Aunque Audrey lo viera actuar de forma algo extraña frente a los cajeros automáticos o las máquinas expendedoras, lo consideró desde el principio una persona interesante; y lo mismo sucedió con él.

Ella le mencionó un día, a modo de broma, que parecía que lo único que faltaba por conocer de él era su familia. Y Percy le ofreció enseguida ir a pasar las Navidades en la Madriguera, sin pensar siquiera que deberían ocultarle todo lo relacionado con la magia. Cuando cayó en la cuenta de ese detalle, ya era demasiado tarde.

Audrey estaba un tanto preocupada al principio. Quería causar una buena impresión. En aquellos momentos, Percy todavía no era su novio, pero le agradaba. Empezó a enamorarse verdaderamente cuando Percy le desveló lo último que le faltaba verdaderamente por conocer de él: Que era un mago. Sin más secretos de por medio, nada les impidió comenzar una relación estable. Sin contar, por supuesto, las normas del Ministerio de Magia, que impedían a un mago desvelar su verdadera identidad a un muggle a no ser que este fuera su cónyuge. Pero dejando eso a un lado, Percy y Audrey consiguieron salir de todos aquellos problemas. Y tuvieron dos hijas. Una de ellas, Molly, es bruja, como todos sabemos gracias al astuto de Charlie.

Solo falta por saber qué será de Lucy.

(Cada vez que haya un análisis de personajes, veréis un boceto de este hecho por mí

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(Cada vez que haya un análisis de personajes, veréis un boceto de este hecho por mí. No se me da para nada bien dibujar, pero siempre suelo hacer una caricatura de aquellos personajes que o son míos, o de los cuales Rowling dio apenas información. Esta sería una versión mía de Audrey. ¿Queréis que siga mostráandoos el resto cuando haya más apartados como este?).

Historias de la nueva generación - ANEXOSWhere stories live. Discover now