PROLOGO

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El lugar estaba completamente lleno de gente y bueno no era nada nuevo.

—¿Estas listo? —Preguntó Ángel y asentí mientras ataba mi cabello.

La pelea de hoy era lo que necesitaba para descargar toda ira que tenía.

De repente, Samuel salió detrás de la enorme jaula y entró en ella.

-¡Bienvenidos al damas y caballeros! Vamos a comenzar así que los sensibles retirarse que ya se les pasó la hora de dormir —comenzó a decir y las risas no se hicieron esperar. — Ahora a lo que vinimos perras. Como ya saben estas son las reglas: Al iniciar la pelea se cierran las apuestas y no pueden cambiar, no acercarse a la jaula, no tocar a los peleadores, no tirar cosas a la jaula y eso también va para las jóvencitas. ¡Nada de bragas al ring! Y quién no siga las reglas será echado fuera y con un buen regalo para que no se le olvide quien manda aquí.

Las chicas comenzaron abuchear porque al parecer algunas ya tenían bragas en las manos.

—Esta noche llega un representante de la Universidad del Norte. El peleador ¡Cristian "Gavilán" González!

Los gritos de multitud aumentaron y de una esquina salió el peleador. Algunos silbando y gritando su nombre mientras que otros lo abucheaban. El se balancea alrededor de la jaula sacudiendo su cuello de lado a lado. Había visto como peleaba era rápido y ágil. Pero ya tenía sus movimientos en mi cabeza.

—Y ahora el contrincante quien muchos conocen y todos le temen ¡Lucas "El León" Cruz!

Los gritos aumentaron y salí de las sombras hacia el ring mientras la gente enloquecia. Ingresé a la jaula mirando fijamente a Cristian. " Vas a morir" gesticula mientras sonríe. Y simplemente sonreí.

—Ya saben nada de armas, ni cuchillos, ni golpes bajos —instruyó Sam, me miró y asentí hizo lo mismo con "El gavilán" —Bueno. ¡Que comience el espectáculo!

Como ya esperaba el atacó primero. Sonreí. Que empiece el juego ...

3 horas después

¡Diablos! Realmente no quería venir pero Marcos me llamo que trajera mi trasero aquí, así que vine. Esta era una de las tantas fiestas que organizaba el alcalde donde se encontraban todo tipo de idiotas con aires de grandeza.

—¡Lucas! creí que no vendrías pero adivino Marcos también te llamó— comentó Pierre, mi hermano al verme e hice una mueca.

—Ni que lo digas ¿Donde esta Paul?

—Aquí —respondió mientras cruzaba la calle hacia nosotros. Me lo imaginaba que no estaba muy lejos de Pierre. Estos dos son gemelos y han sido inseparables desde el día en que nacieron. Cuando los veías no era tan difícil diferenciarlos ya que uno tenía los brazos llenos de tatuajes y el otro tenía actualmente el cabello teñido de blanco. Eran idénticos pero tan diferentes a la vez.

—¿Que hacen aquí afuera idiotas? —Preguntó Carlos mientras salia del restaurante. Y Paul se carcajeo.

—Considerando escapar de aquí.

—Fuiste atrapado hermanito. Adentro.

—¿Que tal la situación en la fiesta? —Pregunté.

—Ni idea recién voy llegando tuve que hacer unos recados antes de venir.

Sabíamos que esos recados no eran nada buenos por como sus ojos se veían frenéticos.

Al ingresar al restaurante no tardaron en notar nuestra presencia.

—Pero mira nada más son los hijos de Caín. —exclamó Joseth con falsa alegría ya que estaba claro que ni el ni su padre nos tenía cariño que digamos. Su padre era el líder de la banda que estaba en el norte pero a pesar de eso era Jean, mi padre quién estaba por encima de ellos ya que el lideraba el Sur y el este.

Ámame, Aunque DuelaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora