SUEÑOS PERDIDOS (One-shot) AU

Sueños perdidos

¡Hola!

Bueno, aunque dije que ya no iba a hacer nada más hasta terminar las dos historias que tengo pendientes, he de confesar, que soy una adicta a los retos. Me pueden, lo siento, y anoche, entre en una pagina de facebook y allí estaba, llamándome y yo soy muy fácil, demasiado. Así que, bueno, otra cosita más para la colección. 

El reto es de la pagina Shippeemos Sterek y la temática era los Homeless o sin techo, en castellano. Me he decidido por un AU, espero que os guste. 

Sueños perdidos (One-shot)

By: Saphirott

23 de Junio de 2016:

Hace una tarde agradable, el sol brilla en medio de un cielo despejado, pero a pesar de la fecha, el calor no es excesivo. Derek disfruta de su café, sentado en la terraza de esa pequeña cafetería a la que le gusta acudir cada tarde. Podría decir que es su mejor momento del día, cuando por un rato, cierra su pequeño pero productivo taller y se dedica a si mismo ese breve espacio de tiempo. Un café y, por qué no, un par de esas deliciosas galletas caseras con pepitas de chocolate, que se hacen imprescindibles a cualquiera que visite ese lugar.

No recuerda haberlo visto nunca, no es que conozca a todo el mundo o algo así, pero presume de ser una persona observadora y aunque Nueva York es una gran ciudad, este es un pequeño barrio residencial alejado del centro, donde es difícil ver gente nueva.

El chico camina con una mochila al hombro, mirando a un lado y a otro de la plaza, con ojos brillantes y emocionados, absorbiendo cada detalle, cada persona, cada movimiento a su alrededor. Derek podría asegurar que es la mirada típica de alguien que llega por primera vez a la gran ciudad. Sonríe para si mismo, recordándose en esa misma situación. El muchacho es joven, seguro que al menos cinco años menor que el, es alto y delgado, diría que esbelto, con el pelo muy corto, casi rapado. Lleva unos vaqueros con una camiseta holgada, y en su cintura, una sudadera anudada por las mangas.

Ahora lo tiene más cerca, el chico ha caminado hasta uno de los bancos de forja que adornan la plaza y que justamente es de los más próximos a la cafetería, se sienta en el y rebusca en el interior de su mochila. Saca un cuaderno grande y lo que parece un pequeño estuche de lápices, se sienta de lado, apoyando el hombro en el respaldo y vuelve a mirar de forma soñadora a su alrededor para después, centrarse en la hoja en blanco. Derek no sabe si escribe o si pinta, pero verlo ahí, le ha hecho sonreír. Mira su reloj y es tarde, hora de volver al trabajo, deja el dinero sobre la mesa, echando un último vistazo al muchacho y se va.

30 de Agosto de 2016:

Su pelo es más largo ahora. Sus ojos ya no parecen tan asombrados por todo, mantienen una placida calma, que se ilumina ante la presencia de algunas cosas. Derek ha observado que le encantan los perros, no duda en agacharse y acariciar a todo el que le queda cerca; también le pasa con los niños, siempre le brillan divertidos cuando dedica una sonrisa a esos pequeños, que de vez en cuando se le acercan curiosos, intentando atisbar algo de lo que hay en ese cuaderno que siempre le acompaña.

En su mayoría son dibujos. Una tarde, cuando la curiosidad ya fue más fuerte que él, Derek cruzó la plaza en vez de coger la acera de la derecha, que es lo que hacía siempre para volver al taller. Aprovechó ese desvío para poder echar un vistazo de reojo, a pesar de que solo fueron unos segundos, reconoció las siluetas de los árboles y la fuente, un esbozo en blanco y negro, en el que ya se puede apreciar la calidad.