PARTE ÚNICA

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Felíz día del amor y la amitad


Luego de muchos años por fin estoy caminando por las calles de esta ciudad llena de recuerdos, los que tuvimos juntos; toda la cuidad me recuerda ti. ¿Hace cuanto hubo un nosotros?

Han pasado exactamente cinco años desde que me fui de este lugar. Supuestamente éramos felices. Tu sonrisa me hacía sonreír, pero lamentablemente ahora ya no es lo mismo.

Pase frente a la pequeña parada de buses donde te encontré por primera cuando la nieve vestía de blanco las calles de la ciudad, el día que murieron tus padres. Recuerdo la profundidad de tus ojos y la calidad que emanaba de tu mirada, a pesar del dolor que sentías me regalaste una sonrisa, una que detuvo mi corazón; extraño cuando éramos tú y yo caminando de la mano ¿Cuándo paso todo esto?

Llegue a la cafetería que lograste abrir luego de que tus padres murieran, al principio era una pequeña y sencilla cafetería, ahora es una bella y muy grande cafetería. Me pregunto sí esta es la misma cafetería que vio lo nuestro marchitarse. Jamás pude dejar de mirar tu sonrisa y lo hermoso que te veías cuando atendías a los clientes que entraban en busca de un delicioso café hecho por tus habilidosas manos. ¿Cómo terminamos así?

Suspire y entre, la misma campanilla en forma de mariposas seguían anunciando la llegada de los clientes. Al entrar recordé todas las veces que vine a verte solo a ti, todo el dinero que deje en este pequeño lugar, las tardes que pasaba en la única mesa lejos del mostrador espiándote solo ti. Todo ha cambiado; ¿Al remodelar todas nuestras memorias se fueron juntas? Pero aquella mesa sigue en el mismo lugar. ¿Cómo dejamos que esto pasara?

Camine hasta aquella mesa donde iniciamos y terminamos todo. Coloque la manos sobre la madera ahora pintada de blanco, seguía teniendo las velas aromáticas que tanto te gustan, y sonreí al recordar todo el amor que esta mesa presencio. Olvidarte, sé que no podre y separarnos sé que eso debió suceder.

-Buenas tardes, ¿Qué desea ordenar?- puedo reconocer tu voz incluso en medio una muchedumbre; podía reconocerte sin necesidad de mirarte. Suspire porque su voz sigue sonando igual de suave que antes, era como el terciopelo, incluso sonó igual de suave cuando me dijiste “que te vaya bien”.

-¿Cuando tiempo ha pasado desde la última vez que te vi? Luces más guapo… Aunque para mí siempre fuiste guapo…- dijo, no tenía el valor de mirarlo. Sabía lo mucho que sufriríamos al vernos, aún no comprendo que nos separo. Te falle.

-Solo que hoy te ves diferente… Luces más frío y tu mirada está cargada de lastima…- dijo nuevamente cuando estábamos frente a frente. Su sonrisa era cálida, triste y cansada, sus mejillas estaban más hundidas de lo que recuerdo, sus ojeras estaban muy marcadas y su piel se veía más pálida, sus labios estaban morados y resecos, estaba muy delgado, parecía una de esas muñecas de porcelana frágiles, en su cabeza un pañuelo rojo ocultaba su hermosa cabellera. Todo su rostro cansado me decía que las cosas no andaban bien. Soy un cobarde.

-Cuando te veo es tan hermoso… Que es triste- le dije antes de irme, deje un poco de dinero que tenía en mi bolsillo sobre la mesa, incluso si no pedí nada. Hui, no podía seguir mirándolo ni un segundo más. Su rostro seguía siendo el mismo, solo que sus ojos ya no tenían aquel brillo que me encanto hace años atrás; odio, confusión, tristeza, lastima, felicidad.

-Me dijiste que estaríamos juntos siempre… En las buenas y en las malas estaríamos juntos… Pero sé que ya no habrá un mañana- su voz sonaba cálida y frágil, al igual que su apariencia, parecía que me estuviera susurrando. Me detuve en la entrada.

Aquella frase me llevo al pasado, a una tarde de otoño al mismo lugar en donde nos separamos, la cito de la misma manera que en aquella ocasión. Antes de irme lo mire y una lagrima traviesa atravesaba su mejilla, su sonrisa triste me despidió nuevamente. Yo se que no te trate bien y te falle.

LAST DANCE [ONKEY]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora