Se había acabado el verano y tuvimos que empezar un nuevo curso. Sexto de primaria. Por suerte, me tocaron con casi todos mis amigos en la misma clase. Pero había dos chicos nuevos, los cuales habían repetido curso. El primer día fue algo que estaba dentro de lo normal. A las 11 de la mañana salimos al recreo y jugamos, nos divertimos... Todo lo que se puede hacer en un patio del colegio a la hora del recreo. Fue entonces cuando se me acercó un chico, el cual desconocía su voz. Y me preguntó:
-Oye, ¿tú eres Estela?
-Sí- Le dije extrañada
-¿Qué quieres?
-Nada, es sólo que me suenas de algo pero no sé de que
-Pues tú a mi no me suenas de nada- Añadí con una ligera sonrisa
Justo en ese momento, sonó el timbre para volver a clase. Tocaba lengua. Entró nuestra nueva profesora a presentarse. Notaba a aquel chico algo sonriente cada vez que le miraba, lo cual a mi me alegraba. Me alegraba ver a alguien feliz por estar notando mi presencia. Después de una hora, sonó nuevamente el timbre para el cambio de hora. En ese momento tocaba plástica. Nuestra profesora nos mandó ponernos en parejas y a mi me tocó ponerme con él. Durante toda la clase de plástica estuvimos hablando y resultó que teníamos muchas cosas en común y día tras día, nos empezamos a hacer amigos.
Continuará...
