Sempiterno

19 4 2
                                    

El día en que Chabela se enteró de su octavo embarazo tuvo un sabor agridulce. Su interior no quería un hijo más ya se sentía agotada además ya había terminado de criar. Pero sintió calma al saber que le daría un hijo a su esposo y así no sentiría la culpa de haberle dado sólo la carga de siete niños. El día que Mickie supo que tendría su primer hijo salió con un par de amigos y vecinos e invitó a todos una ronda de bebidas. Estaba orgulloso y rogaba tener un varón, él sabía lo difícil que era manejarse con las mujeres de la casa. Su ilusión terminó cuando en la cesárea vertical que le hicieron a Chabela le anunciaron que era padre de una niña, Yara.

Mickie fue un hombre trabajador buen proveedor gracias a su negocio de camiones. Su pasatiempo favorito fue compartir copas luego del trabajo. La vida para Chabela volvió como un dejavú, sería ama de casa dedicada a la crianza de Yara quien era la más pequeña. Ya no volvió a trabajar en fábricas, su vida pasó a ser lo que fue en un principio una llena de religión dominical. Le costó trabajo encarrilar a sus hijos ya adolescentes a los caminos correctos. Trató con todas sus fuerzas de devolverles la educación cristiana que ella tuvo. Mickie nunca cedió ante los pedidos continuos de su esposa para que visitara la iglesia.

En las barras el siempre pediría la canción que le sangraría el corazón cada que la oyera

"Yo la quise, muchachos, y la quiero
y jamás yo la podré olvidar...
Yo me emborracho por ella
y ella quién sabe qué hará...
Eche, mozo, más champán,
que todo mi dolor
bebiendo lo he de ahogar...
Y si la ven,
muchachos, diganlé
que ha sido por su amor
que mi vida ya se fue."

Su hija sería su más grande orgullo, a quien le daría en exceso todo lo que les faltó al resto de los hijos de Chabela. Tendría su gran fiesta de quince años, un carro y hasta estudios de posgrado. El dinero y cada capricho siempre estarían a su disposición pues el amaba con locura a su hija. La relación que tendría con el resto sería una buena, pero una muy disfuncional. Porque crecer con carencias no les hiso la vida fácil y ver lo diferente que se criaba la hermana menor a más de uno le disgustó. Esa sería la razón de discordia entre los hermanos por el resto de sus vidas.

La suerte para muchos es más que una decisión, es un rayo que nadie vio venir y de un golpe te llegó. Así pensarían los hermanos de Yara. De sus cabezas jamás salió la pregunta constante de "si papá hubiese estado vivo..." vivir con carencias a unos les hizo entender el valor de las cosas. A otros los lleno de amargura y ambición. Como sería el caso de una de las mayores quien buscó el amor en el dinero una y otra vez para terminar siempre a las orillas de un mar abrumador con más escasez que como comenzó. Y aunque muchos pretendientes con dinero llegaron a su balcón nunca jamás entraron a su corazón. Ella pensó que esa era su maldición amar a quien no debía y estar con quien no quería. Las monedas y un poco de alcohol llenarían su cara de sonrisas espontáneas pero en su interior quedaba cada vez vacía.

Y así como fue como con el amor que sentía, procreó bajo lo que ella llamaba era su maldición. Un amor enorme pero con un bolsillo totalmente vacío. Daría a luz a dos hijos a los que amaría pero les reprocharía su pobreza. Sin entender que al final de los días valdría más tener con quien compartir tus últimos días más que tener la mano llena en una habitación vacía.

El vacío que dejó un padre ausente, Elsy supo decorarlo con los pedazos de cariño que Mickie le ofrecería en sus momentos de poca lucidez gracias al alcohol. La adolescencia a todos les tocó duro pero fue en ella donde Elsy tomó por error el amor. Lo buscó en brazos equivocados, encontrando una mano comprometida que le doblaría la edad. Chabela fue muy astuta al notar los cambios en Elsy quien pasó de ser una niña bastante masculina a una adolescente coqueta con un hombre de la iglesia a quien ella despreciaba. Pues como hombre adulto y casado comenzó a notar como le hechaba el ojo a una jovencita que apenas comenzaba a florecer. Su Elsy testaruda y con aires de grandeza no escuchó ninguno de sus consejos.

Enviaba a sus hermanas a vigilarlas pero la realidad es que sus hermanas tendrían sus propios asuntos amorosos que velar no andarían detrás de la mocosa que apenas comenzaba a crecer. Elsy conocía los movimientos de todos y tomaba ventaja José el único varón se compraba con una paleta a los siete años eso significaba la gloria. A las hermanas mayores les acompañaba con sus respectivos novios mientras ella aguzada quedaba en verse con quien sería su amor imposible hasta su muerte. Lucas hombre casado pero respetado por todos en la iglesia debido a su seriedad y su ejemplo de buen esposo. Elsy una chiquilla de catorce años que vivió un tiempo de la gracia de los "hermanos"de la iglesia. Nadie pensaría que este par comenzarían un amorío a espaldas de la iglesia y su comunidad. Elsy perdería su pureza un domingo luego de culto entre los arbustos cercanos convencida de que su muestra de amor valdría todo para que Lucas le perteneciera por siempre. Una sabana y unas flores silvestre bastaron para convencerse de tener su primera experiencia con su único amor.

Cuando Chabela comenzó a notar que Elsy no la miraba a la cara y rehuía a tener cualquier contacto con ella confirmó sus sospechas, habían desflorado a su chiquilla. Su decepción fue tanta que cogió a Elsy por la oreja la sentó en su cuarto y le contó cómo debía ser el amor y sobre todo la regla básica de cualquier cristiano (llegar virgen al matrimonio en señal de pureza) con las hormonas alborotadas y una supuesta madurez recién surgida salió de la habitación de Chabela prometiendo jamás volver a verla. Se topó con la dura realidad de que su amado Lucas había partido en un vuelo a otro país buscando alejarse del chisme que comenzaba a merodear no solo la iglesia, sino el pueblo. Con ello apostaría a que su matrimonio tendría otra oportunidad.

Los días pasaron y con cada día Elsy sintió lo que sería su primera y más profunda herida de amor. Chabela no dejaba de pensar en la repercusión que tendría la conducta de su hija así que optó por cambiar de iglesia junto a sus hijos. Elsy dejó de ser vivaracha y con quien único sonreía y hablaba sobre el futuro era con Mickie que con las copas que cargaba siempre brindaría un buen oído sordo y con mala memoria.

Al cabo de dos meses una carta destinada a Elsy fue recibida por Nemi quien la guardó en sus ropas hasta que la olvidó. Años después, el día en que Nemi se casó con el hombre casado al que ella enamoró, dejó de herencia sus pertenencia a Elsy. Y pasadas unas semanas encontró la carta de un Lucas desesperado prometiéndole un amor eterno y jurándole que no había castigo divino más grande que amarle hasta el infinito en espíritu y alma. Cada letra leída por Elsy elevó su dolor a niveles que ella jamás imaginó. Abrazó la carta y la estrujó en su pecho cada noche esperando reunir el valor de contestarle que su amor por él había muerto de decepción y dolor por su partida. Pero no hizo falta.

Secretos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora