Regreso a casa y todo me es diferente, siento que jamás he estado aquí. ¿Un cambio notable? El ambiente del lugar es más calmado ¿Acaso estoy soñando? No lo creo; todo lo material sigue donde siempre ha estado, más cuando lo toco lo siento muerto; mis libros ya no me hablan, mi cuaderno no me escucha.
Mis palabras se desvanecen con el viento al momento en el que salen de mi boca, no puedo siquiera escucharme, mi único cómplice es mi mente, pero al parecer me ha traicionado. Así es, estoy solo en esta caja ¡Ah, pero no es cualquier caja! Me refiero a una caja de cristal polarizado que me deja ver qué hay afuera sin que los demás puedan verme, ya veo cómo se siente el hombre invisible. Toco las paredes de esta caja, parece inconforme con mi presencia así que sólo se hace mas opaca; más pequeña; más oscura, es como si hubiese cerrado los ojos eternamente y estuviese atado a una silla sin poder moverme.
El ambiente cambia de repente, una plaza llena de gente y yo soy el centro de atención, a nadie le gusta lo que hago, todos están con la cabeza agachada ¡Farsantes! ¡Nadie lo siente! ¡Ingratos! Todos sabemos que no te importa. Vamos, vives una falsedad y pronto estarás aquí también. Todo se vuelve más oscuro y frío, la caja ha desaparecido, no siento el suelo, no sé dónde está el cielo; cierro los ojos para comprender que estoy muerto.