Carta a la Noche

27 1 0
                                    

La oscuridad de la noche me abraza mientras por primera vez pienso "hoy fue un buen día", desearía compartirlo con alguien. Es un poco cómico saber que sólo puedo confíar en mi libreta; no hay quejas ni críticas. Unas cuantas luces que puedo observar desde mi ventana, pero nada se compara con el cielo estelífero de mis sueños; lo que digo es muy cierto, la realidad es un cielo vacío, sin oportunidades de brillar, pero como suelen decir: esto es lo que hay ¿Qué se puede hacer? No afirmo ni defiendo que los sueños sean el remedio a la realidad tan cruda que experimentamos día con día, solo hago notar (para aquellos que creen que la realidad está llena de alegrías) que esta forma en la que vivimos es nada más que ordinaria.

Las manos de rosa, heladas por el frío del invierno, acarician suavemente mi cuello mientras que la brisa que me conduce gradualmente a la orilla me susurra y me pregunta de forma burlona ¿Para qué escribes todo esto? ¿Por qué buscas ocultarte detrás de tus notas? ¿Qué, acaso, quieres cerrar los ojos ante el sufrimiento? Mientras que yo (repleto de orgullo) le contesto que el sufrimiento de los demás no me interesa, eso le corresponde a cada individuo, si aquellas personas deciden vivir así, tendrán que aprender a no influir en los demás.

Esta vez la noche sabe a mí; esta vez la noche me hizo su aprendiz. Luna, desde este momento el mundo es nuestro.

PensamientosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora