Haciendo magia con desconocidos.

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Cambios.

¿A quién demonios le gustan los cambios?

Desde que tengo uso de razón mi vida siempre ha sido igual, mis padres pelean pero viven en la misma casa, siempre he tenido los mismos amigos, la misma casa, ni siquiera me he pegado una enfermedad nueva ¿cómo se supone que cambie todo eso como si nada?

—creo que será divertido—dijo Amy mientras esperábamos los refrescos en la barra de la cafetería.—solo tendrás que adaptarte en la nueva escuela, pero hay chicos muy lindos con los cuales "adaptarse"—levanto las cejas y ambas empezamos a reír.

—no necesito a ningún chico más en mi vida—dije mientras buscaba a Mike con la mirada, él estaba en el rockola buscando alguna canción que le gustase—apostaría mi vida a que está pensando "esta música es una mierda"

—yo apostaría a que está pensando en la chica de la mesa dos—dijo Amy  y yo me volví apurada para ver de quién se trataba. Mierda, era linda.

—vale, quizá necesito uno o dos chicos en mi vida—Mike había colocado la canción Twist, una que era tan vieja como mi abuelo, la canción era buena pero todos los que habían ido más de una vez a la cafetería sabía que Mike estaba apunto de comenzar a bailar para atraer la atención de la chica—mejor que sean cinco, cinco chicos que sepan cantar, bailar y estén locos por mi.

—¿para qué quieres cinco chicos si me tienes a mí? —Dijo Mathew sentándose a nuestro lado. Los ojos de Amy inmediatamente se iluminaron.—Amy, baila conmigo la canción de Miky, please.—colocó ojitos de bebe y comenzó a hacer pucheros con la boca, Amy se puso de pie y comenzó a girar como toda una mujer de los años 50, mientras Mathew la imitaba al ritmo de la música.

Mathew y Amy también eran mejores amigos, solo que ellos si se correspondían el amor que se tenían, era indirecto pero lo hacían. Si yo demostrara lo que siento por Mike el solo se reiría y puede que se le olvidara, si yo le regalaba chocolates el se los regalaba a su nueva conquista, si él me daba un peluche nunca era un oso o un conejo era un toro o una llama (tan romántico). Si bien se dice que los hombres son de martes h las mujeres de Venus, yo podría apostar que Mike nació en el mismo planeta que el principito, pequeño y soso, mientras que yo debo haber nacido en otra galaxia.

—3 refrescos de Coca cola, un batido de chocolate, una redbull y un late descafeinado de soja con crema batida y canela.—dijo el barrista que por la voz supongo que es nuevo, estaba muy concentrada viendo a los chicos bailar como para fijarme.—son 25 dólares.

—en un segundo—la canción termino y me volteé para pagar las bebidas pero el barrista estaba de espaldas a mi atendiendo a una mujer embarazada.

El barista si era nuevo, en la cafetería solo habían cuatro empleados, Sammy quién era la dueña y atendía, Sandy que cocinaba, Lucas y John que eran baristas. Visitamos esta cafetería desde hace un año y un poco más, sabíamos quién venía siempre y quién era nuevo, conocíamos a los empleados y a los dueños, era nuestro pequeño lugar en el mundo y Sammy siempre nos dejaba entras hasta en las peores condiciones.

—perdón por irme, son 25 dólares—dijo de regreso el barista, él estaba haciendo la boleta cuando yo le pase el dinero con monedas incluidas pero cuando lo fui a dejar en su mano  él se le cayeron.

No sé si les ha pasado alguna vez que, por un momento, por solo unos pequeños segundos el mundo se les paraliza, como si todo dejase de funcionar solo para hacer que ese momento durase para siempre. Eso sucedió cuando el chico nuevo levanto la mirada luego de tirar el dinero, sus ojos, los mismos ojos que ya había visto provocaron que el mundo dejara de funcionar, fue algo tan mínimo que cuando volví a parpadear el mundo ya había vuelto a moverse pero nosotros no.

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⏰ Última actualización: Feb 21, 2017 ⏰

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