A pesar que mi yo adolescente cumplía años nunca llegué a olvidar a TaeHyung. Mis sentimientos hacia él en un principio eran de miedo, no supe cuándo cambió a curiosidad y luego a cariño, una experiencia que me hacía sonreír y que negaba en dejar ir.
Ya pasaron 10 años y estoy próximo a cumplir 25, mi mamá me pidió volver a aquella casa para celebrarlo con ella.
Cuando la ví tenía un sentimiento de nostalgia, todo había cambiado. Mi mamá había envejecido y canas se asomaban en su cabeza a pesar que trataba de ocultarlo con tintes. Pelusa me recibió en la puerta y se sobó en mis piernas, pude distinguir en ella también pelos blancos que contrastaban su pelaje negro.
Cuando almorcé con mi mamá, Pelusa se subió a mis piernas y se hizo un ovillo. No recordaba que era tan encantadora. Había pedido permiso en el trabajo, planeaba quedarme una semana.
Me duché para luego ir a mi habitación, la puerta estaba abierta, era embriagador. Apenas entré, vi el ovillo de Pelusa sobre mi cama.
"Desde que te fuiste ella siempre se echaba en tu cama, supongo que esperaba por ti" me respondió mi mamá cuando le pregunté.
Supongo que los gatos no eran tan malos como lo hacían ver, esas pequeñas acciones me robaban el corazón.
Toda mi ropa estaba limpia y no había rastro de polvo u olor a guardado.
Me imaginaba a mi mamá cada día abriendo la puerta para que entre Pelusa y ella limpiando por aquellos niños, esperando que algún día la volvieran a visitar.
Negaba en ponerme a llorar por entrar a una habitación.
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Un día ✄ Vkook
FanfictionHay pocas cosas que tengo de recuerdo de pequeño. Curiosamente los que más rápido vienen a mi memoria son los que más me atormentaron en mi adolescencia.