Tuvieron que pasar tres años desde “Mars Attack!” para que Tim Burton volviera a deleitarnos con otra de sus fantasías. Tres años en que su nombre estuvo ligado al proyecto de “Superman” en que Nicolas Cage daría vida al Hombre de Acero. Tras ver su particular versión del héroe (que vestiría ropa oscura y sin capa) lanzada al olvido, decidió poner su mirada en un relato clásico de terror escrito por Washington Irving que tenía a un terrorífico jinete sin cabeza atemorizando a todo aquel que se topara en su camino.
El investigador Ichabod Crane es enviado a la pequeña población de Sleepy Hollow para descubrir al causante de los grotescos asesinatos que están aconteciendo en la región cuya seña característica es la decapitación y posterior desaparición de las cabezas.
Todo aquel que haya leído el texto de Irving verá una libertad argumental, y es que el guión de Andrew Kevin Walker (“Se7en”) coge el nombre del personaje principal y la leyenda del misterioso jinete transformando el breve cuento que transcurre en la noche de difuntos en una investigación al más puro estilo Aghata Cristie. Otro cambio relevante es la transformación del maestro de escuela Ichabod en un investigador de policía peculiar, que usa métodos científicos para esclarecer los crímenes.
La historia se convierte en un viaje personal de conocimiento para Ichabod, que se deberá enfrentar a sus miedos del pasado. Es una persona racional cuya base es que todo crimen tiene una explicación lógica, un hombre con miras en el futuro e inminente S. XIX que cree en nuevos métodos y análisis científicos dejando de lado las viejas técnicas medievales que se siguen usando. Es por esa razón que su superior le envía a Sleepy Hollow, una población anclada en supersticiones, leyendas y atemorizados por un ser demoníaco al que acusan de todas sus desagracias. En su investigación el investigador volverá a rememorar hechos de su pasado que creía vencidos cuando deba enfrentarse a tan extraños hechos.Con esto se nos plantea al espectador un estudio sobre lo que supuso el choque entre la mentalidad más conservadora que acepta viejas historias de brujas y cree en supersticiones frente a una más científica, que encuentra explicación para todo. Así pues tenemos en Ichabod la personificación de esa mentalidad revolucionaria con vistas a nuevos horizontes rodeado por personas ancladas en la tradición que ven en el investigador un hombre extraño con discutibles técnicas de investigación y extravagantes instrumentos para su realización (memorable la escena en que practica la autopsia a una muerta).
Si Ichabod representa a ese “raro” tan presente en el universo Burton no debemos olvidarnos de mencionar al otro “freak” de la película: el Jinete sin Cabeza. Lo que sin duda alguna habría sido tan solo un ser terrorífico para asustar al personal aquí adquiere una presencia mucho más definida traspasando dicho termino. Se trata de un viejo soldado germano que fue decapitado y ahora a salido de su tumba por una razón: encontrar su cabeza. Vaga por las noches pagando a todo habitante con la misma moneda que él sufrió. Su presencia en este mundo no es casual y tiene, como siempre pensó Ichabod, un explicación lógica en la que tiene cabida la brujería, con lo cual la suma de los dos mundos, el racional y el supersticioso, se dan la mano para resolver el enigma del Jinete.Además de ser una película de terror, posee cierto aroma de romanticismo, es especial en las secuencias que comparten Ichabod y Katrina, todas ellas envueltas por una ambientación de niebla y decorados con arboles deformes que recuerda a “Cumbres Borrascosas” y a la literatura romantica. Tampoco olvidemos los dialogos que se establecen entre ambos, llenos de cortesía y frases romanticas cercanas a la cursileria que no desentonan, lo cual tiene merito.
La película es un festín para todo amante del cine de Tim Burton, que aquí homenajea tanto a las viejas películas de terror de la Hammer como al cine de terror mudo. La primera secuencia no es sino una declaración de amor a ambos. Una secuencia, clave para entender el final, filmada con planos detalle al principio que dan paso a una noche oscura en donde el protagonista de la secuencia, Peter Van Garrett (un colaborador Martín Landau) verá venir la muerte a él en forma de hoja afilada terminando con su sangre en la cara de un espantapájaros. Toda ella carece de dialogo, tan solo la tenebrosa e inquietante partitura de Elfman y el sonido ambiente son necesarios para conseguir una pequeña pieza maestra dentro del film y consiga atraer la atención del espectador.
A pesar de que Tim Burton no se ha caracterizado por ser un director de secuencias de acción, podemos decir que en “Sleepy Hollow” consigue las mejores que ha filmado con cada ataque del jinete, rodado con garra y sin cortarse un pelo en las decapitaciones. El climax final es un verdadero portento de narración que se convierte en tour de force para su director, consiguiendo un final a la altura del prologo.
Como he citado antes el film posee cierto regusto Agatha Cristie en la investigación de Ichabod y para que esto funcione y la explicación final tenga sentido Burton llena cada plano, cada escena, de información. No hay un plano desaprovechado ni un detalle que este fuera de lugar. Todo lo narrado en imágenes tiene un porqué para comprender la historia y la psicología de la gran cantidad personajes, en especial el de Ichabod.Como no puede ser de otra forma el diseño de producción y la fotografía son primordiales para narrar la historia y aquí Burton los utiliza a la perfección, dotando al relato de un ambiente gótico de cuento. Consigue crear escenarios que mezclan lo realista (el pueblo) con otros más expresionistas e impresionantes cercanos a su universo de cuento (el árbol de los muertos, el molino, la cueva de la bruja). El prestigioso director de fotografía Emmanuel Lubezki dota de oscuridad y sombras el relato, consiguiendo momentos realmente inquietantes, con una fotografía mas viva y colorista cuando se narran los recuerdos de Ichabod. El color es muy importante en la películas, pues a pesar de estar cercana al blanco y negro podemos distinguir colores que resaltan del resto, y con los que nos quieren dar información, como son los vestidos que viste Katrina, subrayando su presencia angelical de bondad. Pero si hay un color que resalta por encima de todos es el rojo sangre. Y es que Burton no se corta (y yo lo aplaudo) en mostrar hemoglobina, mostrándola tan roja como sea posible, cercana a lo imposible si cabe, lo que le vine muy bien a este cuento gótico.
Danny Elfman realizó un composición sonora magistral que acompaña en todo momento a las imágenes, en donde recurre a coros e instrumentos clásicos como violines y trompetas para dar emoción.Para dar vida a los pintorescos personajes que habitan “Sleepy Hollow” el director volvió a contar con varios habituales de su cine. Empezando por Johnny Depp, en su tercera colaboración, como Ichabod. El actor está más que solvente en su interpretación como investigador que parece seguro de si mismo cuando en realidad tiene miedo de todo aquello que escapa de su raciocinio. Jeffrey Jones da vida al Reverendo Steenwyck, un hombre de Dios que tiene bastantes pecados que confesar. Michael Cough (nuestro querido Alfred de “Batman”) da vida al Notario Harderbrook de forma misteriosa y magistral. Lisa Marie da vida al breve papel que supone la madre de Ichabod, una mujer acusada de brujería que sufrirá las desagradables consecuencias de un ser terrorífico. Actores ingleses de la talla de Ian McDiarmid, Richard Griffiths, o Michael Gambon se sumaron al proyecto para dar vida a ilustres e importantes ciudadanos. Casper Van Dien realiza su mejor interpretación en este film como el presuntuoso Brom. Entre las presencias femeninas tenemos a Miranda Richardson como Lady Van Tassel, además de dar vida a otro peculiar personaje. Christina Ricci da vida a Katrina, consiguiendo con sus grandes ojos recordarnos a esas protagonistas de cine mudo y realizando una más que notable interpretación junto a Depp. Como buena película de investigaciones que es sobra decir que todos y cada uno de estos personajes tiene peso y es sospechoso, no hay ninguno desaprovechado, en parte también gracias a las maravillosas interpretaciones de cada uno de ellos. Como presencias invitadas tenemos, además de al citado Martín Landau, a Christopher Walken como el Jinete Germano con rostro demoníaco. Para homenajear del todo a los títulos de la Hammer, y realizando aquí si primera colaboración, Burton consiguió contar con Christopher Lee en el papel de superior de Ichabod.
La Disney posee un magnifico cortometraje de animación titulado “La Leyenda de Sleepy Hollow”, que adapta fielmente el texto de Irving y que Burton homenaje en cierta secuencia con una calabaza de fuego.
Como curiosidad, Francis Ford Coppola es Prductor Ejecutivo y el director no lo supo hasta le premiere realizada en España en que lo leyó en los créditos.
Con esta película Burton volvió a sorprender y ha realizar un film de terror clásico, muy atractivo visualmente, cuya estructura no se aparta de cuento de brujas.Lo Mejor: La ambientación. La puesta en escena. Su sentido homenaje a las películas de la Hammer. No se corta en mostrar sangre ni mala leche.