La ruptura.

37 5 3
                                    

Katie tuvo las vacaciones más reflexivas de su vida.

Tuvo que decidir que era mejor: seguir o terminar.

Al final, decidió terminar.

Pero las personas no cierran ciclos porque sí, tenía buenos motivos para dejar a Flinn.

Katie no tenía a alguien más, en realidad, no tenía a nadie. Ni siquiera a Flinn. Para él, ella era solo un adorno bonito para presumir y una sierva leal.

—Por favor no me dejes, estoy enamorado de ti, voy a cambiar, dame otra oportunidad.
—Lo siento, pero es lo mejor. No quiero tener una relación enfermiza. Cuando yo tuve problemas o algo me incomodaba de nuestra relación y quería hablar contigo, nunca hiciste algo al respecto, solo te ibas sin escuchar. En cambio yo, siempre estaba ahí y cuando no podía estarlo, te molestabas y decías que era egoísta. —la chica comenzó a llorar al ver a Flinn rogándole que no terminaran.
—Y me arrepiento bastante. Te amo, concededme el deseo de volver a intentarlo. Piensa en nuestras familias y el que dirán. —se arrodilla frente a ella.
—No puedo, Flinn. Ya estoy decidida, quiero enfocarme a mí y estoy dispuesta a enfrentar las consecuencias. —dijo con voz firme —Aunque no sé por donde comenzar. —suspiró.

La chica se marchó llorando, recurrió a su única compañía: su pupitre del salón de clases. Aquella esquina donde lloraba sin que los profesores se dieran cuenta de sus problemas. El historial académico de Ketevan por primera vez se veía afectado por su depresión.

Solo una profesora quiso hablar con ella.

—Ketevan Smith, terminando la clase hablaremos seriamente.

Todos salieron y ella se quedó con la Sra. Villegas.

—Ketevan, como su tutora, debo supervisar el rendimiento académico de mis alumnos y he podido notar que su promedio ha bajado muchísimo. Yo sé que está atravesando por un momento difícil y todos piensan que es la culpable los problemas de Flinn Moore, cuando en realidad todo surgió desde antes. Quiero que sepa que puede contar con mi apoyo, yo no soy psicóloga pero le puedo recomendar a uno que trata casos como el suyo.

Dr. Arthur Byron Huntley
Psicólogo
Tel. 30894520 Cel. +447400331695

—Gracias profesora, iré a pedir cita cuando terminen las clases. ¿Podría abrazarla?
—Si te sientes mejor así, hazlo.

Katie abrazó a esa adorable mujer de origen español, para ella, era la mejor profesora de la escuela, no solo por su manera de enseñar, sino por su forma de reaccionar ante los problemas de un joven a los tiernos y complicados dieciséis años.

Las clases terminaron y Ketevan llamó al Dr. Arthur.

—Bueno, ¿Hablo con el Dr. Huntley?, sí, deseo tener una consulta con usted ¿Puede atenderme esta misma tarde?, me parece perfecto, nos vemos mañana por la tarde, gracias por atender mi llamada.

Katie esbozó una sonrisa después de varios meses de neblina y vientos helados, tanto en su vida como en la ciudad de Londres, sintió el brillo del sol y fue a su casa caminando sin la necesidad de cubrir su rostro.

BertieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora