Viento debajo de mis alas

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Título: VIENTO DEBAJO DE MIS ALAS

Autora: Clumsykitty

Fandom: MCU, Capitán América, Vengadores.

Parejas: Stony

Derechos: Ninguno, tan pobre, snif.

Advertencias: este es un one shot en honor al gran capitán de nuestros corazones en su cumpleaños. Semi AU por cuestiones plumíferas. Locuras mías. Se te quiere Steve Rogers.

Gracias por leerme.



VIENTO DEBAJO DE MIS ALAS

It must have been cold there in my shadow,
to never have sunlight on your face.
You were content to let me shine, that's your way.
You always walked a step behind.

So I was the one with all the glory,
while you were the one with all the strength.
A beautiful face without a name for so long.
A beautiful smile to hide the pain.

Did you ever know that you're my hero,
and everything I would like to be?
I can fly higher than an eagle,
'cause you are the wind beneath my wings.

Wind beneath my wings, Bette Midler.



Brooklyn, Nueva York.

Año 1940


Steve escupió sangre con una tos asmática, tratando de llevar algo de oxígeno a sus castigados pulmones entre las risas de los jovencitos alrededor que se mofaban de él y sus diminutas como deformes alas. Demasiado pequeñas siquiera para levantarle del suelo, demasiado débiles que no podían extenderse por completo, unos muñones horrendos con apenas unas cuantas plumas de diferentes tamaños en color blanco. Mientras su generación ya comenzaba a mostrar orgullosa el segundo color de sus plumas de sus coberteras medias, él seguía teniendo ese color de nacimiento. Se levantó como pudo del charco de lodo a donde había caído, apretando sus rojizos y sangrantes puños en lo alto, con una mirada decidida.

-Puedo hacer esto todo el día.

Como siempre, fue Bucky quien vino a sacarle de aquel aprieto, preguntándole ya más por costumbre que por otra cosa la razón para no huir o darse por vencido ante esos bravucones montoneros cuyo único deporte era verlo en el suelo y burlarse de sus alas defectuosas. Una rutina que cambió cuando James tuvo que ir a la guerra, en la lejana Europa sin tener la seguridad de volver con vida. Steve hubiera querido detenerle, decirle que no fuera pero la verdad había sido que él también anhelaba ir, hacer una diferencia pero en su estado la única diferencia que podía conseguir era un descuento en las tiendas y farmacias al verle tan desvalido. Un muchachito escuálido y enfermizo con unas alas igualmente deformes que jamás se extenderían por completo ni alcanzarían sus tres colores de adulto.

Pero conoció al Doctor Erskine y todo cambió, cuando salió de la cápsula que Howard Stark creara para él, no solo se sentía más grande, con un cuerpo que le costó trabajo dominar. Más de un monitor y máquina alrededor terminaron lanzados lejos por las alas más grandes que alguien hubiera atestiguado en su vida. Incluso el propio Steve se asombró a punto del terror al ver esas dos extensiones sacudirse en busca de un comando mental suyo que tardó en venir pero cuando lo logró, se ganó la sonrisa de orgullo de Peggy Carter. Abraham Erskine fue asesinado, no sin antes recordarle que su promesa de ser un hombre de buen corazón, de encontrar la razón para que sus alas volaran en lo alto un día con la fuerza del viento, tan rápidas que nadie pudiera alcanzarlas, tan fuertes que fuesen capaces de proteger. Steve lo prometió.

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