Capítulo 1: Máscara de Tela

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Hay una frase que dice: "Hace falta un segundo para enamorarte y toda una vida para olvidar", y es cierto. Aún recuerdo la primera vez que la vi. Todo comenzó una mañana de agosto, el día de las inscripciones para entrar a preparatoria. No puedo negar que me sentía realmente intimidada. Los primeros años habían quedado atrás y me encontraba sola en una nueva escuela, sin nadie a quien yo conociera, un lugar enorme en el que yo era la nueva, creyendo que me perdería entre tantos pasillos.

Cuando llegué a la que sería mi futura escuela por los próximos tres años jamás me imaginé lo que me esperaba dentro de esas instalaciones. Inocente del destino que me aguardaba, me sentí pequeña en medio de esa multitud de jóvenes en espera de su grupo y sus horarios. Pasaron un grupo de chicas a mi lado, su caminar parecía todo un desfile de modas.

-Verónica... apúrate, que ya me quiero ir- dijo la más alta de ellas a la chica castaña que se acomodaba el cabello mirándose atentamente en el vidrio de la caseta de vigilancia.

Cuando pasé por ahí me miré como lo había hecho la otra chica. Vi mis enormes lentes, y pensé que sería buena idea dejarlos en casa; me acomodé el beanie y seguí caminando. Lo que daría por tener el cuerpo como ella. Mi raíces latinas se notaban apenas me veían las caderas, y ellas a pesar de tener rasgos latinos no dejaban de parecer modelos. Aunque pensándolo mejor, realmente me gustaba el color de mi cabello, negro, como la noche; y mis ojos de un verde esmeralda intenso eran mi rasgo más característico. Me reí de mí misma y seguí caminando. Nunca me preocupaba por mi apariencia, yo sabía que era bonita, no necesitaba vestirme provocativamente para demostrar nada, como lo hacían esas chicas.

La cinta de mi tenis se había soltado y me agaché para atarla. Lo hice de manera mecánica, es una de la cosas en las que ya no pensamos mientras las hacemos. De pronto sentí un golpe en el costado izquierdo, mientras alguien salió volando hacía mi lado derecho llevándome consigo hasta el suelo. Vi su cabello castaño volando a través del aire para después terminar esparcido por toda su cara. "¡Auch! Seguro que eso dolió."

-Hey, ¿estás bien?- pregunté preocupada palmeando la mano de la desafortunada.

Ella hizo un movimiento para librarse de su cabello y verme a la cara, lucía enfadada y estuve a punto de creer que me reclamaría o insultaría. Pero, en cuanto mis ojos hicieron contacto con los suyos, me perdí. El mundo se detuvo en un instante. Todo desapareció, la gente, el ruido, mi cinta, todo. Yo sólo la observaba incrédula de la hermosura de sus ojos. El color del café recién hecho, el mismo de las hojas de los árboles durante el otoño.

-Discúlpame, no te vi.- dijo rascándose la cabeza incómoda.

Escuché su voz como si proviniera de un lugar lejano a donde estaba. "¡Lauren di algo!" Pensé.

-¿Estás bien? ¿te lastimé?- me preguntó con preocupación.

-Sí... que diga no... estoy bien-  respondí apenada.

Sentí como la temperatura de mi rostro y mis orejas aumentó rápidamente. "¡Oh no!" Me había sonrojado.

-¿Cómo te llamas?.

No me dio tiempo de responderle ya que otra chica se le acercó y la ayudó a levantarse.

-¿Camila estas bien?- Le preguntó con verdadera preocupación en la voz.

"Su nombre es Camila" pensé para mi misma. "Bonito nombre, para una chica muy ... bonita".

-Sí, no te preocupes, no me dolió nada- dijo mientras sonreía y se volvía a rascar la cabeza.

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⏰ Última actualización: Feb 17, 2017 ⏰

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