Aquella noche los 5 jóvenes cruzaban el bosque huyendo de los cazadores, a pesar de ser vampiros ya no podían hacer nada más que huir, el amanecer ya se acercaba y las fuerzas estaban a su límite. Alexandre iba al frente sosteniendo fuertemente la mano a Anne, a quien sus piernas le exigían un descanso, tras de ellos iban Adam, Emerick y Kilian. Cuál de los 4 chicos más herido, por cada lugar en que pasaban su sangre dejaba rastros, lo que le hacía más sencilla la tarea a aquellos cazadores.
Adam le gritaba a Kilian que apresurara el paso, cuando se volteó para volver a gritarle se dio cuenta que el chico estaba en el piso – ¡Vete! – le gritó. Adam miró a los otros chicos y les dijo que siguieran, mientras él volvió hacia Kilian, se agachó junto a él y le beso la frente – Nunca te voy a dejar – le ayudó a levantarse y le agarró con fuerza de la muñeca para correr, los gritos de los cazadores se escuchaban cada vez más cercanos.
Emerick se detuvo en seco, y empezó a girar buscando la casona – ¡Por aquí, tiene que estar por aquí! - Su hermoso traje estaba destruido al igual que el vestido de Kilian y los trajes de los demás. Al verles así nadie podría imaginarse que esos 4 chicos pertenecían a las mejores familias. Kilian estaba abrazado al cuerpo de Adam, mientras este percibía como el más joven temblaba. Se dio cuenta que la destrozada espalda de su vestido dejaba a la intemperie su blanca y delicada piel, se sacó la chaqueta y se la puso sobre los hombros, para luego acercarse a Alexandre.
La mirada de Alexandre le dio a entender que ahí se acabaría todo - Lo siento – Adam le golpeo suavemente la frente – No tienes que pedir perdón idiota, nosotros decidimos seguirte porque así lo quisimos – el rubio líder miró a los otros dos chicos que se habían acercado regalándole una sonrisa. Emerick miró en dirección de los gritos – Están muy cerca – Kilian observó sus manos ensangrentadas con su propia sangre y tomo la de Emerick que estaba en igual estado - La sangre llama a la sangre... Quizás ella aparezca si se lo pedimos... - Los tres jóvenes le miraron anonadados, y se tomaron de las manos. Cada uno de ellos cerró fuertemente sus ojos y comenzaron a llamarla. A su vez Anne observaba asustada como un viento de carmesí tonalidad empezaba a envolver a los cuatro muchachos y un fuerte olor a sangre comenzaba a sentirse en el húmedo aire de la madrugada. Los árboles comenzaron a crujir abriendo paso a un majestuoso palacio ante los ojos de Anne, blanco como la nieve recién caída en un frío invierno, de altos muros, ventanales y largas e interminables escaleras.
Emerick fue el primero en abrir sus ojos, maravillado soltó la mano de Kilian y de Alexandre, avanzó hacia él estirando su mano para tocar una de las murallas, la cual resplandeció y mostró una enorme puerta de metal con 5 escudos grabados en ella.
Adam se acercó, observó los escudos nombrando cada clan; Alexandre de Addington, Emerick de Blaker, Kilian de Dholakia, Adam de Sainsbury y Gabriel de Farrington, al decir este último su voz se apagó. El quinto muchacho había muerto a manos de aquellos cazadores hace un par de días, gracias a él habían logrado escapar. – Gabriel sabía que era su último día, si nos rendimos, su recuerdo será en vano – Dijo Emerick mientras por su rostro se deslizaban unas finas lagrimas.
Adam tocó el escudo perteneciente a su familia, haciendo que aquella puerta se abriera para permitirle entrar, Kilian y Emerick le copiaron, cruzando los tres aquel umbral. Alexandre tomó de la mano a Anne y les imitó, su escudo le permitió la entrada pero cuando Anne fue a entrar, esta se cerró dejándole afuera, Alexandre se aferró a los barrotes de la puerta golpeándolos para que se volvieran a abrir. Ya se escuchaban los ladridos de los animales que llevaban consigo los cazadores –¡¿Emerick qué pasa?! – preguntaba desesperadamente Alexandre. Los 4 vampiros intentaron con lo que les quedaba de fuerzas abrir aquella fortaleza, pero por más que lo intentaban esta no cedía ni un centímetro. Anne que estaba rendida en el suelo observaba como la imagen de los 4 muchachos empezaba a desvanecerse – ¡Alexandre! – La chica se levantó y corrió hacia ellos para detenerse frente a sus rostros y comenzar a llorar, los cuatro jóvenes vampiros y aquel palacio habían desaparecido -¡Anne! ¿Qué sucede? ¡Anne! – Alexandre desgarraba su garganta llamándola pero ella seguía observando como si no estuvieran allí.
Los cazadores rodearon a la muchacha y le lanzaron una cadena al cuello, a su vez los cuatros chicos observaban sin poder hacer nada, el joven líder seguía golpeando la puerta haciendo que sus heridas sangraran más y más. Adam giró a Kilian para que este no viera nuevamente la muerte de un compañero – ¡A dónde se fueron esos bastardos! – Le gritaban a Anne mientras le tiraban de la cadena asfixiándole - ¡Traicionaste tu raza para estar con esos muertos! – La muchacha empezaba a botar sangre por su boca mientras dejaba escapar débilmente el nombre de su amado - ¡ANNE! – El grito de Alexandre cubrió todo el bosque, pero aun así ninguno de esos mortales le escuchó, el cuello de Anne crujió y su cuerpo se desplomó al suelo. Uno de los hombres se acercó, le sacó la parte superior de la ropa y en la espalda le quemó un código. Las piernas de Alexandre no dieron más, sus ojos se cerraron y su cuerpo cayó al suelo.
El reloj de arena que había en la sala principal estaba por dejar caer su último grano. Kilian sentado frente a él con un hermoso vestido rojo le observaba tal cual un niño, maravillado y ansioso. Adam y Emerick entraron a la habitación con sus mejores trajes, marcando finamente sus siluetas y dejando apreciar sus largas y estilizadas piernas. Se sentaron junto a Kilian esperando que el reloj se vaciara. El silencio que envolvía el lugar fue interrumpido por los firmes pasos de Alexandre que venía bajando las escaleras en un traje negro que imponía poder y elegancia. – Se acabo chicos – Los tres se levantaron quedando frente a él. El joven líder se acercó a la ventana desde donde cada día observaba aquella puerta que le arrebato lo que más quería. – Gabriel nos mantuvo a salvo y ahora será él quien nos deje salir – El último granito de arena finalmente cayó y la puerta que les tenía ocultos se abrió. Los 4 chicos se dirigieron hacia ella. Adam entrelazó sus dedos con los de Kilian, Alexandre aferró su mano a su pecho y Emerick besó el colgante que compartía con Gabriel. El sol brillaba, al fin lo hacía reflejándose en sus hermosas caras y entregándoles el calor que habían olvidado durante años. – Alexandre... – Adam y los demás estaban afuera pero él aun seguía en la puerta. Kilian corrió hacia él le tomo de la mano y apunto hacia el cielo – Es azul, como sus ojos, ella te estará observando siempre, si te quedas aquí se pondrá triste... - Alexandre sonrió y camino hacia sus amigos – Debemos recobrar nuestros lugares, es nuestro turno de cazar – Los cuatro vampiros caminaron adentrándose al bosque a medida que sus siluetas se fueron esfumando poco a poco al igual que aquella fortaleza que les cuido durante años.

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Serenade
Short StoryHace años en un grupo debíamos elegir un video de música y escribir una historia inspirada en él. Serenade - Versailles Es una historia cortita. Espero les agrade~ mi forma de escribir ha cambiado un poco. Espero pronto subir algo ás actualizado.