Hasta Llegar A Ti.(Kakashi Y Tu (+18))

Perdido.

Era muy linda, y parecía conocerlo.
Se incorporó y la ayudó a levantarse.
Estaba muy desconcertado, era un sello sin duda, el enemigo lo habia sellado en otra dimensión. Era todo muy extraño, pero la chica hablaba su idioma así que..
--¿También fuiste sellada? ¿De que pais eres?--
--¿Se-sellada?-- lo miró confundida, eran unos ojos muy hermosos..
--Si, nos han sellado en una dimensión diferente a la nuestra, ¿a que tierra perteneces?--
--aaaamm...-- ella pareció entender de pronto y se fijó en la pantalla del monitor aún encendido.
--¡Oh! ¡Eso es un sello!-- exclamó sorprendida.
Kakashi se acercó a mirarlo, era desconocido, el era muy bueno en cuanto a sellos se referia gracias a Minato-sama, pero ese sello no le era familiar.
--No conozco este sello, a ti te es familiar?--
--Eee... no-- lo miraba con cierto brillo en los ojos.
--Soy Kakashi Hatake y soy del pais del fuego, de la aldea oculta entre las hojas. Y tu?--
Ella se limitó a abrir los ojos como platos y mirarlo de un modo que a Kakashi le erizó la piel.
Se llevo la mano a la porta-kunai, se puso muy nervioso aunque no lo demostró.
--Has un rasengan--
--¿Cómo sabes lo del rasengan?--
--Solo hazlo--
--No hasta que me des tu identidad--
--Soy tn de tp (tu país), ahora... si quieres saber que esta pasando ayúdame a entender y has un rasengan-- le miraba las manos mientras hablaba.
Él estaba... le gustaba aquella chica, ¡de nombre tan raro! ¿Y ese país existia? Debia estar tomandole el pelo.
Le hizo caso e invocó un rasengan. Los papeles de la habitación volaron por todas partes y una luz azulada llenó el lugar, era una brisa cálida y llena de estática, el cabello de tn se puso de punta.
--Wow... así que asi es el rasengan, es hermoso-- a Kakashi le dió un vuelco el corazón, que linda era.
--Conservas tus habilidades, asi que aún no has entrado del todo, volverás siempre que... oh no..--
Corrió al monitor que comenzó a temblar de nuevo y el sello que se veia en el fondo desapareció.
Ambos miraron la escena sin entender que habia pasado.
--Se deshizo el sello, y tu no estabas en el, ¡demonios! ¡Has otra vez el rasengan!-
--¿De que hablas?--
--¡Solo házlo!-
--¡Rasengan!--
Esta vez no logró hacerlo, lo intentó una, dos, tres veces y no dió resultado.
--Quedaste atrapado-- dijo ella en un susurro.
--¿Pero dónde?-- Estaba perdido en una dimensión totalmente desconocida para él, familiar de alguna forma, pero a su forma de ver, hostil.
--En mi hogar, en la dimensión de tu creador--