Siendo algo raro en Londres el cielo amanece despejado y con un gran sol, en las calles los niños ilusionados corretean con sus mochilas de la mano de sus padres. Todo era un caos de mochilas, niños con rabietas otros riendo.
En otro más de los millones de hogares de Londres otra familia se prepara para el regreso a clases, la más pequeña de la familia se preparaba para su primer día en Hogwarts, colegio de magia y hechicería para jóvenes magos y brujas.
-Mery te he dicho que te pongas los zapatos, tu hermano y tú vais a perder el tren- advierte Victoire, ahora Lupin, al borde del enfado.
Pero la pequeña ignora por completo las palabras de su madre mientras que busca uno de sus muchos libros.
-No crees que ya son suficientes, Hogwarts tiene una gran biblioteca seguro que puedes encontrar un ejemplar de cada libro que tienes-dice Victoire a su hija mientras que le coloca bien el flequillo del mayor de sus dos hijos.
-Es un libro muggle, de cuentos, seguro que no esta allí--la pequeña mientras que busca su libro por cielo y tierra-Es mi libro favorito, portada azul con letras doradas.
Edward atraviesa la puerta del salón con otro de los muchos baúles que comienza a apilarse en el salón.
-Teddy, dile a tu hija que se ponga los zapatos y ayúdala a encontrar su libro, mientras que yo subo por mi varita-dice Victoire subiendo la larga escalera de madera.
El primer problema se soluciona con un golpe de varita, haciendo que la chica se sorprenda un poco al notar de repente sus zapatos en sus pies.
-John, devuelve el libro a tu hermana-dice Teddy con una sonrisa mientras le despeina el flequillo a su hijo, cosa que no le iba a gustar mucho a su esposa.
-¿Cómo sabías que lo había sido yo?-dice el chico sacando el libro de su escondite.
-Prometo contarte el secreto cuando seas padre.
John le devuelve el libro a su hermana con una sonrisa a regañadientes, la pequeña corre a guardarlo al gran baúl de madera, en el que lleva todo lo necesario para un año en Hogwarts.
[...]
Una pared de ladrillo fácilmente atravesadle para magos o brujas puede parecer un tanto imponente para los magos más jóvenes. A pesar de que llegan un poco tarde al andén Victoire se toma unos minutos para tranquilizar a su hija.
-Venga cariño, solo tienes que correr y pasarás la pared, nosotros iremos detrás tuya.
Mery le sonríe a su madre, suelta un suspiro y corre hacia la pared, pero cuando está apunto de pasarla se para en seco.
-¿Qué pasa?- pregunta John poniendo una mano el hombro de su hermana.
-Y si no puedo pasar, y si me estrello- Mery mira su hermano con cara horrorizada.
-No creo que eso pase, pero si pasase te quedarías con una cara muy graciosa.
Mery no parece relajarse ante aquella broma.
-¿Quieres que te de la mano para cruzar?- pregunta ahora su padre.
-Por supuesto que no-dice Mery con el ceño fruncido-Puedo hacerlo sola
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𝐓𝐡𝐞 𝐣𝐮𝐧𝐢𝐨𝐫 𝐦𝐚𝐫𝐚𝐮𝐝𝐞𝐫𝐬
FantasyY dime, ¿tú los recuerdas? Apuesto a que sí, eran tres chicos y su amigo el regordete. Dos divertidos azabaches amantes de las locuras, y un castaño amable lleno de cicatrices. Eran conocidos en todo Hogwarts, cada uno aportaba algo diferente a su...