El olor de la verdad

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Elolor de un nuevo caso despertó al joven detective Dunty, era sucumpleaños y tenía el mejor regalo que podía pedir, un asesinatoentre sus manos.

Ilusionado como si fuera su primerdía, cogió su bicicleta y en tan solo diez minutos se presento enel lugar del crimen, su compañero Robert y el inspector Jhon, ambosde unos cuarenta años y mas experimentados que el, ya le esperabandesde unos minutos antes de las diez. Eran las once y cinco de lamañana cuando se dirigieron hacia la habitación donde se encontrabael cuerpo, una mujer de aproximadamente unos sesenta años de edad,parecía realmente dormida, si no hubiese sido por el informe delforense y su aliento, que olía a almendras, verdaderamente hubieracreído que era una broma. En la habitación, sentada en la camahabía una mujer que lloraba, o eso parecía, era el tercer caso quepresenciaba Dunty, y los otros que había visto, habían resultadoaccidentes de coche y de montaña, el no había visto a losfamiliares.

Siguieron inspeccionando la zona, a lahabitación de al lado, al parecer una sala de estar por donde habíanentrado pero que no le habían prestado demasiada atención, en elcentro había una mesita junto a unos sofás, encima un par de tazasde te y unos pastelitos. De la tetera aparecía también un leve olora almendra agria, Dunty sabia perfectamente que era aquel olor,Cianuro, pero no entendía el caso, la víctima se encontraba junto asu hermana en el momento de la muerte, el te de la tetera conteníael veneno, pero sin embargo, la hermana que también había bebido,no había muerto, Dunty no podía entenderlo, miró a sus compañerosmás expertos, pero sus miradas lo decían todo, ellos tampocoentendían este caso.


Desde un principio, Dunty tenía una ligera sospecha hacía la hermana,pero necesitaba pruebas, al fin y al cabo la víctima era unapersona muy odiada, la hermana muy querida y el un inspector novato.El joven detective siguió buscando pruebas, hasta que no llegará eljuez, ordenara el levantamiento de cadáver y los forenses sellevaran el te y los pasteles para analizarlos, no podrían sabermucho.

Enun momento el inspector encontró unos papeles en un armario, nadiequiso hacerles caso, pero Dunty que era más listo que nadie, volvióa la sala anterior, cogió los papeles y se los leyó todos, entoncessupo quien era el culpable, y sobretodo, cómo lo había hecho.

Selo contó a Jhon, quien tenía mucha confianza en el joven detectivee hizo que se reunieran todos los sospechosos, había llegado elmomento de gloria de Dunty.


Eljoven detective, que no había hecho esto antes, empezó a hablarcomo si fuera uno de esos detectives de las películas que tanto legustaban:

-Queridos señores agradezco que estén ustedes aquí en este momento,en nombre de la ley, me veo obligado a comentarles que entre ustedesse encuentra un asesino.

Todoslos allí presentes empezaron a chismorrear, todos lo imaginaban,pero nadie quería escuchar lo siguiente que iba a salir de la bocade Dunty...

-Hay una persona sin escrúpulos que ha puesto su vida en peligro solopara matar a su hermana, si, la única culpable de este crimen es laseñorita Pain, que no tubo ninguna duda a la hora de no solopreparar de antemano el asesinato de su hermana, sino que quisoengañar a la policía envenenando también su te y fingiendo quelloraba...

Enel primer momento que entré en este escenario supe que había muchascosas que no estaban bien, por ejemplo porqué la hermana de lavíctima tenía un hilo de sangre que aumentaba cada vez que algúninspector le preguntaba cosas respeto a su hermana... o como seentendía que el te de la tetera hiciese olor a cianuro, al igual quesu taza que estaba a medio beber, y sin embargo usted no murió, larespuesta me llegó cuando el inspector dijo que había encontradounos informes pero que no parecían importantes, como soy buenobservador decidí darles importancia y me los leí, lo que allíponía, su hermana muerta era diabética, por lo que no podía tomardulces, e aquí mi hipótesis: La hermana fallecida como he visto asu agenda, siempre invitaba a su hermana, la asesina, a tomar el telos miércoles por la mañana, por lo tanto hoy, así que su hermana,la asesina, por sus motivos decidió matarla, seguramente, como erala invitada, trajo pastelitos y ayudó a su hermana a hacer el te,seguramente en un momento que no miraba puso una dosis mortal decianuro en el te, los pastelitos que ella sabía que su hermana, lafallecida, no comería ya que no tomaba dulces a causa de sudiabetes, ya llevaban el antídoto del veneno des de su llegada, nodebía preocuparse por el olor a almendras del cianuro puesto que ladiabetes en personas mayores suele causar degeneración,probablemente su hermana no olía bien. Claramente esto solo sonhipótesis, pero estoy seguro que en cuanto nos lleguen los informesdel laboratorio lo vamos a poder demostrar todo.

Laseñorita Pain, que parecía muy segura de si misma hasta esemomento, se derrumbo por completo, entre llantos esta vez de verdadsaco un hilo de voz para decir:

-Esa mujer no era mi verdadera hermana, mi hermana murió hace cincoaños en un accidente de coche, esa mujer quien trabajaba con ella ycon quien tenia un gran parecido físico la suplantó, cuando yo ladescubrí empezó a chantajearme, al principio no me importaba, peroempezó a molestarme cuando vi que mi pequeño negocio iba costaabajo por su culpa, así que decidí acabar con todo esto, lo sientomucho detective.

-No lo sientas por mí, siéntelo por ti que te has arruinado la vida.


Laspalabras del detective dejaron a todo el mundo sin habla,especialmente al inspector quien tratando de disimular que había dejado escapar una prueba infalible para resolver el caso dijo:

-Este caso era fácil, claramente te estaba poniendo a prueba dejando escapar la prueba de los informes...



Los tres se echaron a reír mientras se alejaban de la escena del crimen y oían alejarse las sirenas de los coches de sus compañeros, les esperaban un montón de informes en comisaría, pero primero debían relajarse tomando unas copas.

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