6. Playa.

52 7 4
                                    

El cielo pintaba un tierno color naranja degradado en bellos colores, la arena se sentía húmeda y mis dedos la acariciaban, era una de mis sensaciones favoritas, el sol ya no estaba tan potente y la brisa abría los poros de mi piel haciéndome estremecer, este lugar me encantaba y me encantaba más estando acompañada del chico al que quiero tanto y me hace sentir especial, acompañada de mi mejor amiga que nunca falta a donde yo vaya, ese fin de semana sería el mejor mi vida sin lugar a dudas.

El atardecer era de mis paisajes favoritos, el cielo hace una combinación perfecta con el mar, los colores de los rayos del sol son encantadores. Poco a poco fue cayendo la noche y el cielo estaba iluminado como nunca antes, con los chicos hicimos una fogata y nos sentamos alrededor a tomar chocolate con marshmallows y comenzamos a relatar historias de nuestras vidas, de cuando estabamos pequeños, nuestros miedos, nuestro primer beso, nuestro primer noviazgo y recordamos como nos conocimos.

-Vamos Celen es tu turno, cuentamos tu mayor miedo.

-Cuando estaba pequeña claramente mi mayor miedo era al monstruo que se escondía en mi armario, pero con el paso de los años me di cuenta que el monstruo era yo, tenía miedo de mí, de no ser suficiente para las personas, tenía miedo de no poder lograr lo que yo quisiera, de no ser aceptada por los demás, pero me he dado cuenta de cuan equivocada estaba, porque soy yo quien decide, quien ser, hasta donde llego, lograr mis mayores sueños y soy yo quien decido si quiero que me acepten antes de aceptarme yo misma y me encanta ser ese monstruo porque cada vez me asusto más de lo que quiero lograr, pero lo termino logrando.

Todos nos quedamos estupefactos al escuchar la respuesta de Celen y al darnos cuenta que ella tenía razón.

-Eres la persona más decidida que he conocido en mi vida.
Dije mirándola con una sonrisa en mi rostro.

-Gracias amiga.
Dijo guiñandome el ojo.

La noche continuó y todos ya habíamos contado todo sobre nuestras vidas, nos levantamos de nuestros asientos y nos fuimos hacía el mar, eran como las 11 de la noche y nosotros estábamos dentro del mar jugando, nos tirabamos agua uno a otro, nos lanzamos arena hasta que terminamos cansados y decidimos entrar a la casa que Celen tenía a unos cuantos metros del mar.

Frank y yo ibamos abrazados porque hacia bastante frío, nos adentramos en la casa y subimos de una vez a nuestra habitación la cual era hermosa.

Me fui directo a la ventana que tenía una excelente vista al mar, me quede mirando por unos segundos cuando Frank me abrazó por la espada dándome un beso en la mejilla, yo me giré y vi directo a esos ojos marrones que me encantaban y que jamás me aburriría de mirarlos.

-Eres lo mejor en mi vida.
Dije tocando su mejilla.

-Tú, eres mi vida.
Dijo viéndome directo a los ojos.

Posó sus manos en mi cintura y comenzó a acariciar mi espalda, nos vimos y en unos segundos sus labios ya estaban junto a los míos, haciendo ese perfecto baile que solo ellos saben hacer, el beso se fue intensificando, nuestras respiraciones comenzaron a agitarse, nos alejamos de la ventana hasta caer en la cama, me fue quitando la blusa poco a poco y quede solo con mi traje de baño, fue bajando los tirantes, desatando los nudos de mi traje de baño, hasta quedar desnuda totalmente, me senté sobre sus piernas y él fue tocando mi abdomen hasta llegar a mis senos, los acariciaba mientras seguíamos besándonos, le fui quitando su bañador junto con su sexi boxer y ahí estábamos los dos desnudos en cuerpo y alma el uno al otro, haciendo lo que más nos gustaba hacer para llenarnos de placer, solo nosotros sabíamos como tocar el cielo en un instante. Cambiamos de posición quedando él sobre mi, acariciaba mis senos mientras poco a poco bajaba para tocar mis piernas y mi trasero, estábamos estallando de placer solo con tocarnos, besó mi cuello, beso mis senos, besó mi abdomen, besó mi vientre y se detuvo viéndome fijamente a los ojos susurro en mi oído un "me encantas" que me hacía estremecer, poco a poco fue metiéndose en mí, cada vez sus estocadas eran más rápidas y llenas de placer, ambos estábamos a punto de llegar al tan deseado orgasmo, nos besamos y dijo con la voz entrecortada

Tú Cuerpo Sobre El Mío.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora