Revelaciones

Capítulo 1

¿Sabes cómo aumenta el dolor? ...claro, con la simple soledad 

Stiles

"No, por favor, no lo hagas", grito una y otra vez, mi voz rasgando el aire mientras la escena frente a mí se repite como un disco rayado. La desesperación me invade, y mis gritos se vuelven cada vez más agudos hasta que siento la garganta irritada y dolorida, con las lágrimas corriendo sin control por mis mejillas. Bajo la mirada a mis dedos ensangrentados y me doy cuenta de que es solo una pesadilla, al contarme los dedos y encontrar algunos demás. Cierro los ojos con todas mis fuerzas, pero sigo escuchando gritos y lamentos que llenan el aire a mi alrededor.

Cierro los ojos con todas mis fuerzas, pero los sonidos infernales siguen ahí, como un eco cruel que me atormenta. Mis manos se aprietan contra mis oídos en un intento desesperado de silenciarlo, pero nada parece funcionar. Me siento asfixiado, mi cuerpo dolorido y paralizado, incapaz de moverse. Mi mente se esfuerza por recuperar el control, cuando una pequeña luz en la inmensa oscuridad empieza a aparecer, enviando un escalofrío a través de mi cuerpo.

Abro los ojos de golpe, con un nudo en la garganta que me impide gritar y respirar. Jadeo, buscando desesperadamente aire para mis pulmones, mientras mis ojos se llenan de lágrimas que me dificultan ver. Finalmente, consigo enfocar la habitación. Estoy en mi cama, en mi habitación, y la pesadilla ha dejado su marca, descolocándome completamente. Recorro con la vista la penumbra de la habitación, con solo una lámpara en la mesita de noche que emite una tenue luz. Tomo el celular y veo que son las cuatro y media de la madrugada.

Me froto la cara con desesperación y me levanto con el móvil en mano, dirigiéndome a la recámara de mi padre. Hoy tiene el día libre y espero encontrarlo allí. Al girar la perilla de la puerta, me detengo con un escalofrío, temiendo que no esté. "Por favor, no me dejes solo, no me hagas esto, al menos por hoy", respiro hondo, muevo la perilla y encuentro la habitación vacía, la cama bien hecha y sin rastro de mi padre. La opresión en mi pecho y la desilusión se apoderan de mí. Seguramente estará en la comisaría todo el día, como cada año, evitando estar conmigo en esta fecha.

Con un sentimiento de desamparo, cierro la puerta y bajo las escaleras, dirigiéndome a la cocina. Coloco el celular sobre la mesa y tomo un vaso. Me acerco a la nevera, saco una botella de agua y la lleno. Al colocarla de vuelta en la nevera, noto una nota sobre la mesa. La recojo con manos temblorosas y leo la escritura de mi padre:

"Salí de emergencia al pueblo vecino, el alguacil necesita mi ayuda. Estaré fuera una semana. Puedes quedarte con Scott si quieres. Cuídate. Jhon."

El dolor y la rabia se apoderan de mí de inmediato. Sin pensar, empiezo a lanzar todo lo que encuentro sobre la mesa: vasos, tazas, platos. Mi desesperación se manifiesta en gritos de furia, mientras mi ira y tristeza se desbordan. Sé que mi padre lo ha hecho a propósito, dejándome solo con excusas baratas sobre la urgencia de su misión. La nota, el hecho de que ni siquiera me llamara, es una clara señal de que no quiere saber nada de mí.

  —¿Y yo qué? —grito, lanzando más objetos al suelo. —¡Yo también te necesito! ¿porqué me haces esto, tanto me odias que me castigas de esta forma! 

Mis lágrimas fluyen sin freno mientras medesplazo hacia una esquina de la cocina, apoyándome en la fría pared. Deslizolentamente mi cuerpo hasta sentarme en el suelo, mi dolor emocional seconvierte en una oleada de llanto incontrolable.

Mis pensamientos se agitan descontroladamente, abordando cada rincón del dolor y la soledad que me consume. En un solo instante, mi vida se desmoronó, arrebatándome toda la verdadera felicidad con la rapidez de un parpadeo. Este sufrimiento profundo y abrumador es algo que nadie más conoce, ni siquiera mi padre, quien está atrapado en sus propias tormentas emocionales. No le pido que comparta mi dolor o que hable de ello; solo anhelo su compañía, aunque sea por unos minutos. Deseo desesperadamente no sentirme tan completamente solo como me siento ahora.