Sin aliento

Sabría que ella es la correcta si no me haría tanto daño. Ella es tan.... No le encuentro palabras. Respiración acelerada, cuerpo debilitado. Quiero escribir mi historia. Dejarla simplemente marcada aquí.

Nací y por primera vez fui feliz, lo único que recuerdo es la sonrisa de mi madre, que al verla yo sonreí. Mi padre está allí, perdido. Recuerdo que a los tres meses de nacido yo lloraba...por comida. Mi madre agarró una manzana y un cuchillo. Pensaría que iba a cortarla para mi pero...ella se lo clavo diciendo: hijo, discúlpame. Porque sólo una manzana es lo único que podré darte en esta vida. Yo claramente recuerdo la sangre que emanaba de su pecho, con ojos fijos, mirándome. Me duele decirlo..., no puedo contarlo. No ahora

Estoy sentado en alguna parte del mundo. Llorando en silencio.

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Jamás pensé que vendría un ángel. La vi pasar con su pelo castaño, rulos extremadamente perfectos, ojos que me intimidaban pero que a la vez expresaban ternura, jamás conocí a alguien como ella. Sólo que ella...no existe. La soñé.

Creo que estoy loco. Cargado de todas esas palabras que me decían a diario: idiota, si pudieras pensar lo primero que pensarías es en matarte, así como lo hizo la cobarde de tu madre. Yo me reía, pero por dentro sentía una ira que dudaba en sacarla a golpes. Porque yo era débil, un idiota sin cerebro.

Pensé en siempre suicidarme. Jamás lo hice, porque imaginaba a mi madre llorando por ello. Ahora estoy sólo, me mantuve bien. Gané becas escolares y universitarias, así podía cursar mis estudios. Un señor me mantenía, ni idea de por qué lo hacía.

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