Principio

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La pequeña de aproximadamente 10 años le pegó en la mandíbula al hombre que la atacaba haciendo que caiga al suelo para así poder golpear sin pena sus partes, si, esas partes. Una pareja se reía atrás de la niña, el callejón donde se encontraban y la carente luz que había les permitía observar a la niña corriendo hacia ellos orgullosa por la lucha. Con el mentón bien en alto dijo:

-¿Vieron como derrote a ese tipo?- movió su largo cabello hacia la derecha y luego hacia la izquierda jugueteando. Clavó su mirada en la sonriente pareja y como si fuera contagioso también sonrió.

-Si, vimos- Dijo la mujer con un pelo negro como la noche y una piel blanca como la nieve al igual de la radiante sonrisa que le mostro a la pequeña; le dio un notable codazo al hombre a su par para que diga algo.

-Estuviste genial, pero olvidaste que no luchas contra un tipo normal, luchas contra un monstruo.- sus labios quedaron en línea recta hasta que volvió a hablar- lección numero uno: cuando un monstruo vuelve a su forma original tiene el doble o incluso más de poder.- y esbozo una pequeña sonrisa clavando sus ojos rojos como la sangre en unos azules que reflejaban un pequeño mar.

-Hora del cambio cielo- dijo la mujer arrodillándose y recibiendo el abrazo de la niña.

-Si mamá.

-Y ahora podrán la barrera y yo me quedaré aquí, solo y abandonado- dijo el moreno rodando sus ojos color sangre y moviendo el flequillo azabache que cubría su vista.

El hombre en el suelo comenzó a gritar, bramar, chillar, quejarse, llorar, entre otras tantas cosas, en su cuerpo comenzaron a verse quemaduras y comenzó a deformarse. La niña se asqueo y mientras miraba un punto fijo en la pared tapaba sus oídos y decía en un susurro "cállate".

Al frente de ellas comenzó a levantarse una barrera, la madre recitaba algo en un idioma todavía inentendible para la pequeña y al crear una "X" con los brazos una barrera se creo frente a ambas.

El deforme se levanto y se tiró encima del moreno que lo recibió con una patada en el abdomen que lo mando hacia la pared haciendo que quede un hueco, el monstruo retomó la lucha intentando darle golpes o incluso patadas a su oponente que lo esquivaba tan elegantemente que parecía que bailara.

-¡Deja de esquivarme maldito!¡Te mataré!- gritó el deforme.

-Segunda lección: esta cosa deforme es un orco.- grito el hombre a la pequeña que miraba impresionada su forma elegante de luchar.

De repente un haz de luz comenzó a formarse en la mano del moreno y se pudo ver como una espada reluciente igual que la luna era empuñada por el este, se acercaba a paso tranquilo al engendro blandiendo la espada mientras hablaba.

-Ya terminemos con esto.- le dedico una mirada sedienta de sangre al orco- ¿Algo para decir antes de morir?

-Yo te debería decir eso- rió y le pegó un puñetazo en la cara, o al menos esa fue el intento ya que lo que sucedió en realidad fue que gran parte de su brazo yacía en el suelo.

-¿Qué es lo quieres saber? Te mataré, ¡Los mataré!- cuando terminó de hablar una espada atravesaba su pecho y un moreno susurraba en su oído "cuando las incluiste a ellas termino tu vida, amigo."

El monstruo comenzó a volverse cenizas y a desaparecer mientras los tres que quedaban fueron caminando tranquilos, con su hija entre ellos, contrarios al sentido del viento.

-Le podrías haber sacado algo de información- dijo la madre.

-¿Por qué no lo hiciste?- dijo la niña con un brillo en los ojos observando a ambos.

-Era un estúpido en busca de fama, probablemente no hubiese sabido nada que nosotros no. ¿Ya pensaron que vamos a comer al llegar?- dijo el hombre agarrando la mano de la pequeña y acelerando su paso, su estomago necesitaba algo de comida.

-Comimos hace menos de media hora, gordo...- dijeron ambas mujeres mirándolo con odio y propinándole un puñetazo en su brazo que probablemente dejaría una marca.


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⏰ Última actualización: Feb 26, 2017 ⏰

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