Era un día de otoño, finales de Septiembre, frío, nublado en la calle Lincoln Heights de Los Ángeles, las nubes tapaban el Sol que tanto me gustaba ver cuando me sentía sola y deprimida. El viento me soplaba en la cara como una cachetada de aire frío.
Estaba sola en la calle, no había nadie ni delante ni detrás mío, no me preocupaba porque estaba acostumbrada a estar sola. Mis papá se murió en un accidente de auto a los 35 años. Yo tenía 4 años cuando murió, no me acuerdo de nada.
Vivo sola en mi departamento, decidí hacer eso a los 15, aunque todavía no termine el colegio. Mi mamá y mi hermano mayor viven en la casa donde vivierón siempre con mi papá. Me visitan muy poco y yo no voy a esa casa desde los 15. Excepto para los cumpleaños de mi mamá o mi hermano (y casi nunca me invitan). Esa casa me hace sentir mal y culpable de cosas, no se qué.
Estaba caminando por la calle cuando de repente un auto rojo, luminoso y llamativo paró en seco. Casi me atropella de no ser que me corrí antes de que parara. Bajó una mujer corriendo y llorando. Gritaba: - ¡Ay no! ¡Ay no! ¡Perdoname!, ¡Perdoname! ¡Te juro que no te ví!-Sentí que esa mujer se moría de angustia y que tenía una vida bastante complicada (más que la mía) para que yo le grite y le haga una escena en medio de la calle, por eso lo único que dije fue: -Quedate tranquila, no paso nada, estoy bien.- Soné algo suave para la situación pero me quede tranquila cuando la chica dejo de llorar.
Habíamos acordado ir a un bar cerca de ahí a hablar de porque ella estaba como estaba y llegamos entonces. Ella hablo primero.
-Bueno, me presento soy Natalia, Natalia Sunset- dijo la mujer del auto, (una vez que ya estábamos sentadas), era alta, flaca, tenía el pelo rubio con muchos rulos hasta los hombros, los ojos de color azul mezclado con gris. Su boca estaba pintada de rojo frutilla pero estaba corrido por todo su alrededor de tanto llorar-pensé-Alrededor de sus ojos se notaba que, antes de comenzar el llanto, se había maquillado muy bien de color negro, pero ahora estaba todo fuera de su lugar esparcido por su bella cara.
-Yo me llamo Riley Mediare- dije- ¿Que te ha pasado?, se nota que estuviste llorando demasiado como para que casi me pises y tengas todo tu maquillaje corrido por tu cara.- Soné algo antipática, pero tenía que preguntarlo, sentía curiosidad.
-Si, se que se nota mucho y es por el maquillaje y las lágrimas que no te ví, por cierto perdonáme.-Dijo con una voz muy cansada- Lo que paso fue que, acabo de llegar de tour por Europa que me gané en el concurso de los maquillajes Maybelline, llegué a Europa con mis tres mejores amigas y ahora estoy sola, las tres me dejaron, no sé que es lo que paso bien lo único que me acuerdo es estar en un boliche de mucho lujo a las tres de la mañana bailando y en un momento me fui a retocar el maquillaje al baño y ya no estaban, las busque por todo el lugar, pero nada, después salí de la discoteca pensando que salieron a tomar aire fresco ya que adentro hacia mucho calor porque había mucha gente bailando junta.
-¿Y no las llamaste por teléfono?-Dije, con un tono incrédulo.
-No... Es.... No... Yo no tengo nada, cuando desaparecieron se llevaron mi cartera porque se las había dejado para ir al baño, después de eso ya no estaban.-Dijo con los ojos llorosos y el maquillaje cada vez se le corría más y más.
-¿Y en el hotel? Me imagino que tenían un teléfono para que llames-Dije
-Si, pero no logré comunicarme tenían los cuatro teléfonos apagados. El mío y los de ellas.-Dijo y se puso a llorar de una manera que logró conmoverme... Y mucho- ¡Es que ya no se que hacer!, ¡Me estoy volviendo loca! ¡Yo tenía una vida maravillosa antes de esto! ¡No se qué hacer! Además cuando llegué al hotel, subí a mi habitación y no había nada, estaba vacía, no tenía mi ropa, ni mis maquillajes, ni mis valijas. Lo único que había en la cama principal era mi boleto de vuelta acá. ¡No se qué hacer! ¡Ayudame por favor!
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Cuando llegué.
Teen FictionRiley es una chica solitaria. Natalia es la más popular que ella alguna vez conoció. Pero las dos tienen problemas personales y tendrán que arreglárselas para que juntas puedan resolverlos.