Despierto en el hospital, mis ojos apenas logran distinguir la luz que hay en la habitación. Pasan dos semanas y mi familia me informa que llevo 5 años en coma. Es imposible. Miro en mi cartera y ella no existe. Donde antes estaba su retrato ahora no hay nada. Me dicen que mi padre me golpeó una noche de borrachera y me golpeé contra el suelo. Puedo recordar cada segundo que pasé al lado de esa mujer, sin embargo no hay rastro de su existencia ante el nuevo mundo que despierto. Apenas duermo y sus visitas en sueños empiezan a ser frecuentes, siempre se repite la misma imagen:
Yo estoy situado frente al espejo de mi casa junto a un cuchillo y con mi mano derecha acerco el filo a mis venas, ella sujeta mi brazo e impide mi propósito pero sólo en el espejo, siento su calor al tocarme pero físicamente no está a mi lado, ella es mi guía en este nuevo camino. Cuando la obra llega al clímax me despierto empapado en sudor. Me giro en la cama hacia el otro lado y me la encuentro de nuevo. Ella me mira y me acaricia la cara, noto como sus dedos fluyen por mi piel y hacen lo que sólo ella puede, me hacen sentir vivo. Me besa, sus labios son tranquilizantes, sus ojos son los de un animal incontrolable, es ella en estado puro, de repente entre una sonrisa empiezan a escurrir delgadas lineas de sangre por su boca, le beso mas fuerte y compartimos ese sabor tan especial, las sábanas se tiñen rojas y ella no para de reír, se acerca a mi oído y me susurra que ya estoy listo. Coloca su mano en mi garganta. Otra vez estoy en mi cama, al girarme esta vez ella no está.
Pasa el tiempo y mi familia de nuevo me repite que no conocen a ninguna chica así, ningún amigo ni conocido puede responder a mis preguntas, su tumba no está, su casa no es su casa, su familia no existe.
Los psiquiatras dicen que ella es producto de mi imaginación, que no es real, por fechas la debería haber conocido aun estando en el coma, pero yo recuerdo perfectamente el día en el que ese maldito le quito la vida. Su teoría se basa en que mis cinco años en coma he creado una vida paralela a la realidad y que ahora no sé distinguir lo real de lo ficción. Mienten. Les sigo la corriente porqué ya sé donde reunirme con ella... será esta noche frente al espejo.
Esa misma tarde empiezo a recordar cosas del pasado que hasta ahora quedaban ocultas para mi memoria. Empiezo a recordar el olor a alcohol en mi casa. Siento en mi carne las palizas que soporté, los gritos, las peleas, empiezo a dudar de todo, estoy perdido, solamente ella puede sacarme de esta vida y llevarme a la que una vez tuve.
Sentado frente al espejo lentamente recreo la escena en mi cabeza y soy consciente de que ella se aproxima. Tarda poco en aparecer al otro lado del cristal, su leve sonrisa perpetua hace que me sienta bien, sé que estoy haciendo lo correcto y podré reunirme con ella. Puede hablarme con su pensamiento, somos dos seres en uno y la eternidad nos fundirá para siempre. Me pide que pegue mi mano izquierda con la suya derecha en el espejo. Noto el tacto de sus dedos llenos de frío, esos dedos que tantas veces se perdieron en mi cabello, blancos como la porcelana se funde con el rojo sangre y la imagen resultante es espectacular. La temperatura empieza a bajar y debido al cansancio empiezo a ver con dificultad. Borroso. Su voz es más lejana, poco a poco se va perdiendo en el infinito y noto que mi existencia en este mundo llega a su fin. Ella es mi guía, mi ángel. No puedo mantener los ojos abiertos durante más tiempo, parecen de plomo, así que me dejo llevar por mi musa, es mi destino.
Abro los ojos. Oscuridad plena. Silencio absoluto. Deslumbro una especie de puerta a lo lejos, no logro verla correctamente pero me acerco lentamente sin saber aun el lugar en el que me encuentro. Llego a la puerta y mi sorpresa es enorme. Puedo verme a mí mismo. Me reconozco, mismo físico, mismos gestos, misma voz. Comienzo a sentir escalofríos ante la idea que mi mente me sugiere. No puede ser. Golpeo con fuerza e intento gritar pero mi voz no es muy fuerte. Veo los ojos de ella en el ser que observo desde este mi nuevo lado del espejo. Sonríe y se marcha. El miedo se apodera de mi cuerpo. Desesperación. Ese ser se ha apoderado de mi cuerpo, me ha remplazado y mi alma ahora está destinada a vagar en este insólito y gris lugar, donde el tiempo no existe ni la vida es como la conocía antaño. Creo que es un infinito. Sin principio ni final. Siempre estaré aquí, al otro lado del espejo ¿valió la pena haber dejado la vida que me pertenecía, por terminar en este sitio? ya tendré tiempo para pensar en eso.
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Desesperanza
Teen FictionDesdichado, una película corta llamada vida, con un final trágico.