『Foxy x Bon | Fon』One-Shots

Pequeña Estrella

Ya era de noche. El día se le había pasado volando.

Bon no supo exactamente en qué momento se había sentado a la ventana, pero aún estaba allí. Su rostro se acomodaba sobre su mano, con su frente apoyada en el vidrio, siendo éste su fuente más intensa de frío. Hacía frío, vale, pero no se dio cuenta hasta apoyar su frente contra el empañado vidrio. No se quejaba, de hecho se sentía bastante bien. Le dejaba la mirada perdida, y le impedía concentrarse en el engorroso mundo a su alrededor. Así, se fue transportado al suyo propio.

Sus ojos lentamente se cerraban, y una cálida manta imaginaria lo cubría en oscuridad para llevarlo suavemente al mundo de los sueños.

Una pequeña sonrisa se escapó de sus labios, porque la primera imagen que tuvo al entrar a sus sueños, fue el rostro de él.

Entonces, despertó sobresaltado, o mejor dicho, se sobresaltó justo antes de quedarse profundamente dormido. Miró un poco sobre sus hombros, lleno de vergüenza, y al ver que nadie no lo había notado, se volvió a acomodar para mirar por la ventana. Pero esta vez no puso su frente contra el vidrio.

Pasó su mano por el vidrio para mover el empaño, y poniendo sus manos como anteojeras miró a través. Estaba bastante oscuro, y no se veía casi nada, pero había algo que le llamaba la atención.

Una pequeña luz a lo lejos.

No era la luna, era... Una pequeña estrella. Bah, pequeña, ya sabemos que las estrellas pueden ser gigantescas, pero en su perspectiva, era tan pequeña como la punta de un lapicero. Pero era tan brillante que era imposible no verla.

Se quedó embobado mirando aquella luz; no importaba cuántas estrellas apareciesen a su alrededor, o la gente que caminase cerca de él, su imaginación ahora rondaba alrededor de esa brillante estrellita.

Le fascinaba de algún modo. ¿Cómo un punto tan pequeño, puede tener un brillo tan intenso...?

****

Foxy, por su parte, también miraba por su ventana. Su vidrio también estaba empañado, pero constantemente lo limpiaba con su manga para ver a través.

Se había sentado específicamente a ver por allí; luego de una reunión que se le hizo bastante pesada, relajarse un rato le vendría bien. Suspiró pesadamente, y apoyando también la cara en su mano, observó detrás del vidrio la ciudad oscurecida.

Cada dos por tres volvía a limpiar, y eso lo desconcentraba un poco. Digamos que no tuvo ningún pensamiento estable en ese momento, todo iba y volvía al vidrio empañado.

Hasta que... Él vio la estrella.

Por alguna razón extraña, también llamó su atención. Esas cosas tan raras que tiene la vida, quizás. Ambos, mirando a la vez por la ventana, mirando la misma estrella...

Entonces, Foxy, ante ese intenso brillo, se sintió un segundo en paz. Sonrió muy vagamente (cosa que nadie lo viese), y miró embobado por la ventana. De alguna forma, le hacía acordar a él.

***

Lo mismo para Bon.

Ambos miraban la estrella, y se hacían acordar el uno al otro.

La adoraban.

Se adoraban.

Estaban conectados de alguna forma a esa luz, sin importar las distancias que los separasen.

Bueno, distancias... Realmente, hay distancias que son meramente psicológicas.

Porque en cuanto terminaron de ver la estrella, súbitamente se miraron.

Se observaron, se vieron por una milésima como no lo habían hecho nunca quizás.

Sabían que el otro miraba lo mismo. Que había estado sentado a su lado todo el tiempo, que no podía creer que estuviesen a solo unos centímetros.

No pronunciaron palabra, solo se miraron a los ojos.

Los fríos ojos de Foxy entraron por la luz de la transparente mirada de Bon, aquella pequeña estrella que tenía a su lado. Que no importara cuántas estrellas estuviesen alrededor, él siempre resaltaría a sus ojos.

No podían romper la conexión de que entre ellos se había generado. No se atrevían.

Pero tampoco podían decírselo.

En cuanto uno rompió la mirada, quizás por vergüenza, ambos se levantaron y se fueron, cada uno en dirección contraria. No volverían a verse el resto de la reunión.

En ese instante, la estrella se apagó esa noche. Quizás para volver a brillar en su próximo encuentro...

"A veces, el amor pasa más allá de las palabras o lo físico. Es cuestión de encontrar el punto donde ambas almas de alguna forma colisionan. Siempre para bien. Quizás nunca lo noten. Quizás nunca lo acepten. Pero siempre habrá una estrella que brillará sólo para los dos."