Capítulo 1: Jiho.

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Es lógico sentir culpa, cuando se es infiel. No lo puedo negar. Sin embargo, no es que no ame a Jaehyo, lo amo demasiado pero siempre he sido del tipo de persona que ha tenido uno que otro amorío y no he podido contenerme. Estar casado es fantástico pero me aterra la monotonía que se acentúa con el paso del tiempo.

Lo siento, Jaehyo. No me aburrí de ti, ni nada por el estilo, te amo más que a nada pero está en mi forma de ser y me pide a gritos que lo haga.

Hace mucho conocí a un joven llamado Yukwon, también está casado e ignoro las razones por la que le es infiel a su marido. No quiero saberlo porque no me interesa.

Fue en un bar, en el centro de la ciudad, era muy de noche. Una copa va y viene, hablamos y sentí deseos por esa persona, no fue de inmediato y lo aclaro para que vean que me resistí lo más que pude. Otras noches nos vimos y seguimos así por meses, deseándonos, queriendo ser infieles pero no lo hicimos.

Mi mente era solo estaba ocupada por Yukwon, no debía pero era más fuerte que yo y no sabía cómo estabas o si algo te estaba agobiando. Solo te escuchaba quejarte y suspirar por la casa. Yo solo pensaba revolcarme con Yukwon.

Perdón.

Pensé que querer ser infiel había caducado en mi mente y después de un arduo día de trabajo, fui al bar a beber, quería liberar mi pesadez con el alcohol, vi a Yukwon, le hable, me susurro al oído y naturalmente fuimos al baño, lo hicimos como desesperado que no tenían fin.

Lo único que sé es que susurraba tu nombre, a pesar de que quería decir el nombre de Yukwon pero de mi boca solo salía "Jaehyo".

Mi cuerpo te traicionaba pero mi mente,no.

Luego de esa noche, me fui a casa y te vi dormir en la cama, se notaba que estabas agotado y me quede un buen rato mirándote, deseaba agarrarte y penetrarte fuertemente, quería gritar tu nombre nuevamente. Lo hice. Estabas muy dormido y no sabías que sucedía, solo supiste que estabas siendo embestido, te aferraste a mi espalda y gemías mi nombre sin parar. Decía tu nombre tanto como podía, necesitaba hacerlo y se sentía fantástico.

Pasaron días y volvió mi deseo por Yukwon, necesitaba hacerlo con él.

Era de día estaba caminando por las calles y lo vi en una cafetería, me miro y no hubo vuelta atrás. Ambos éramos amantes.

No hablamos de nuestras vidas, no sabía quién era su esposo o que era lo que hacía de su vida, lo que sí sabía era que su esposo lo tenía muy mimado, lo complacía tanto como el otro lo deseaba. Al parecer esto le aburrió y busco diversión. Yo era su diversión y podría decir que era mi diversión privada de vez en cuando.

Mi vida con Jaehyo iba viento en popa, jamás me aburría con él y hacer el amor era demasiado placentero, si fuese que el amor y el deseo se habían desvanecido en la pareja, nos hubiéramos divorciados de inmediato. No me explico porque le era infiel pero lo hacía.

A veces, traía a Yukwon a la casa y lo hacíamos en la cama matrimonial, otras veces yo iba a la suya.

Más de una vez pensé que Jaehyo estaba en la casa cuando traía a Yukwon pero luego me calmaba, al ver que la casa estaba desierta y de inmediato me revolcaba con Yukwon, comíamos lo que había en la heladera, bebíamos y hablábamos un poco. Después cada quien a lo suyo.

Todas las veces que lo hacía con Yukwon, decía el nombre de Jaehyo, no he podido explicarme esto y creo que es porque mi mente le pertenece tanto que siempre diré su nombre. No lo merezco. Lo sé.

He visto a Jaehyo algo raro, está callado y parece algo perdido, y sus amigos me comentaron que ha tenido problemas en el trabajo y me preguntaron por él, si ya andaba mejor. No supe que contestar. No sabía nada.

Jaehyo siempre me recibía sonriente, nunca parecía que tuviera problemas en el trabajo y aunque lo veía cansado, venía a hablarme cálidamente y me reconfortaba si estaba agobiado por el trabajo. Tampoco notaba si andábamos mal sexualmente porque en eso estábamos bastante bien, no me paraba nada cuando podía hacerlo con él a solas en la noche. No me había indagado sobre si la estaba pasando mal. Estaba muy preocupado.

Las últimas semanas Jaehyo parecía bastante bien, obviamente le pregunte sobre su estado de ánimo y él me respondió que no había que preocuparme, me beso en los labios y lo hicimos en el sillón. Fue algo rápido porque ambos teníamos que irnos al trabajo.

Hacer el amor con él era de verdad la verdadera gloria.

A pesar de su respuesta, note que algo raro ocultaba y estaba preocupado. Decidí dejarlo pasar, capaz eran desvaríos míos.

Sin duda alguna, Jaehyo la estaba pasando mal en el trabajo, suponía que su jefe lo estaba desvalorando, nunca me cayó bien Park Kyung, era un hijo de puta petulante, las pocas veces que Jaehyo me lo presento, mostro ser un arrogante de pies a cabeza. Tenía que hacer algo.

Otro día, Yukwon y yo lo hicimos en mi casa, estaba exhausto y pensativo. Él estaba vistiéndose, me pregunto cuándo sería la próxima vez y le dije que nunca más iba a ver próxima vez. Le abrí la puerta y básicamente lo eche pero deforma cortés.

Estaba cansado de ser infiel pero más que nada de ver que mi esposo, estuviera fingiendo que todo estaba bien cuando la pasaba mal en su trabajo, no quería que repercutiera en su salud. Lo amo mucho y este juego de la infidelidad debe acabar.

Tire el colchón a la calle y compre otro, solo quedaba esperarlo. Él estaba de viaje de negocios con su jefe, estaría fuera por un mes. Tiempo suficiente para recompensarlo por todo el tiempo que le fui infiel, iba a empezar de cero y nos iríamos de viaje, seguramente me iba a preguntar por el cambio repentino pero le diría que era porque se lo merecía y en verdad se lo merece.

Le haría el amor tanto como pudiera, quería que todo le perteneciera porque le pertenezco. Al fin entendí eso.

En ese mes de ausencia, extrañe mucho de su presencia, de su voz, de su forma de hacerme reír, de su cuerpo, más que nada al ver como se retorcía por los orgasmos que le provocaba y de escucharlo decir mi nombre fuertemente. Él era todo y yo no lo estaba valorando.

Jaehyo me conoció siendo un mujeriego y aún así decidió arriesgarse a estar conmigo, básicamente me tuvo paciencia y yo no me pude negar, caí ante él de inmediato. Me enamore y le prometí que le sería fiel pero eso duro unos años hasta que apareció Yukwon. Soy un desastre.

Perdón, hare las cosas bien, velare por ti así como siempre lo has hecho conmigo. Te lo mereces y porque mi amor por ti, se afirmo en este mes que no estás. Quiero abrazarte y besarte.

Hoy paso un mes, renové un poco la casa y alguien toco el timbre, pensé que era Jaehyo y fui corriendo a abrir la puerta pero era el cartero. Me dio un sobre. Lo mire extrañado y lo tome en mis manos, tuve que firmar una planilla. El cartero, me miraba cada tanto, como queriendo decir algo, me fastidiaba un poco su presencia y más que nada porque sé que le gusta husmear en cosas ajenas. Al fin hablo pero se trabo un poco, se aclaro la garganta y me dijo unas palabras que me dejaron helado.

"Lo lamento mucho"

Entre a la sala, abrí el sobre y lo leí.

Llore mucho, él no iba a volver y todo era mi culpa.

"Jaehyo..."

Eso solo salió de mi garganta.

N/T: El capitulo es cortito porque están hecho a propósito, en verdad, la mayoría serán de esa forma porque son como drabbles.

Hace mucho que quería escribir algo de este estilo, o sea en primera persona, y mientras leía un relato de "El porvenir de mi pasado" de Mario Benedetti, está historia salió de mi cabeza de inmediato y no me pude detener pese que debo actualizar otras historias pero no hubo vuelta atrás.

Espero que les haya gustado mucho. Muchas gracias por leer.

Traiciones absurdasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora