Capitulo 1 - Lluvia en la ventana.

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Sonidos de gotas cayendo en el parabrisas de mi auto en medio de la noche mas fría que recuerdo, me despiertan asfixiado y procedo a toser seco, vuelvo en mi mismo y veo el reloj del tablero marcar las 2:45 a.m. y me pregunto, ¿Qué hago aquí?. Un terrible dolor de cabeza se apodera de mi y siento como la noche me envuelve a través de las ventanillas del auto. Afuera solo se podía observar a izquierda un pequeño faro que alumbraba una pequeña carretera de tierra que daba a una casa rural, estaba muy oscuro como para ver mas allá de la calle donde me encontraba orillado. Entendiendo a duras penas mi situación, procedo a buscar mi ubicación en mi teléfono obteniendo no mas que un "fuera de señal" como resultado... 

-Que raro... Me digo. -Creo que simplemente seguiré esta ruta a ver a donde me lleva. 

Procedo a poner el auto en marcha y retomando el camino de la carretera, me dirijo hacía aquella oscuridad que poco a poco las luces altas de mi vehículo desnudaban y hacían apenas mas claro destino. 

Sumergido en un mar mental de incógnitas con respecto a mi situación, noto que me acerco a una luz tenue que a medida que me voy acercando va revelando una casa rural muy parecida a la que había visto anteriormente, lo cual me llama la atención y decido bajar la velocidad para detallarle.

-Es imposible que esta sea la misma casa que hace rato, digo, he de haber recorrido al menos 6 u 8 kilómetros.

Aun estupefacto, decido volver la mirada al reloj digital de mi coche para llevarme un pequeño eh inquietante susto al ver que este marcaba la misma de hacía un rato, 2:45 a.m.

-¡Esto es imposible! Han de haber transcurrido al menos 20 minutos desde que partí de aquella casa.

Respiro profundamente y decido revisar el interior del auto en búsqueda de alguna pista de mi paradero revisando el tablero de mi auto, debajo del asiento principal, arriba en el tapa sol, en la guantera, y hasta que encuentro un anillo de matrimonio ensangrentado en el bolsillo de mi abrigo lo cual me hace entrar en pánico al recordar el nombre y rostro de mi esposa. Exaltado volteo para todos lados en busca de ella en medio de la oscuridad de la carretera, sin éxito en mi búsqueda decido bajar del auto y revisar la maleta en medio de aquella tormenta que azotaba mi rostro con fuertes ráfagas de brisa y agua helada. Introduzco las llaves y forcejeo un poco hasta lograr abrirlo, con la luz de mi móvil logro distinguir una pala embarrialada y un arma que al tomarla aun seguía tibia. Buscando refugio en mi carro nuevamente trato de concentrarme en que sucedió mientras veía aquella casa de aspecto tétrico y frió a la distancia sin llegar a ningún otra idea mas que aventurarme a tocar la puerta y pedir ayuda a quien pudiese atenderme. Reviso el arma del maletero y puedo observar que aun le quedan tres balas cargadas así que ocultándola en mi abrigo, en caso de llegara necesitarla.

-Lori... ¿Qué hemos hecho?, ¿Qué te ha pasado?. Me pregunto.

Salgo de mi vehículo con un incomodo sentimiento de que algo estaba muy mal al ver que el reloj seguía marcando la misma hora una y otra vez. Empiezo mi camino a través del espeso barro marrón que dificulta mi camino. Una vez que llego al faro este empieza a parpadear alarmandome y haciéndome voltear calculando una posible huida a mi auto, solo para darme cuenta de que este ya no estaba y que el único camino real que me quedaba era seguir adelante y llegar a esa horrible estructura con forma de casa rural.

Me he idoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora