Portland, Maine; Octubre de 2133
-Bueno chicos, pueden retirarse- Nos dijo la señorita White al sonar la campana que anunciaba la hora de salida del día viernes. Me levante de la silla y me dirijí a la puerta donde estaba esperándome mi novio Dylan.
-Hola Mary, estas hermosa, como siempre- Dijo con voz dulce y se acercó para besarme. Es un chico guapo: alto, delgado, ojos color caramelo, su cabello es castaño claro y siempre esta despeinado. Todos dicen que hacemos una pareja hermosa, pero a mi me importa lo mas mínimo; yo lo amo y el me ama, tengo la suerte de poder decir eso a mis cortos 17 años.
Soy una chica bastante corriente: apruebo todas las materias, tengo buen comportamiento, no desobedezco a mis padres; un comportamiento ejemplar para los tiempos que estamos viviendo.
Caminamos de la mano hasta la salida de la escuela, donde, como de costumbre, encontramos a mi mejor amiga Kate, una chica de cabello ondulado y oscuro, alta y esbelta con su ropa siempre a la moda.
-Hola Kate, ¿Cómo va tu día?- Le pregunté.
-Agotador- Dijo con voz cansada -Ya tres chicos se han acercado a pedirme salir con ellos- Kate es una de las chicas más populares de la escuela, los chicos se pelean para salir con ella.
Salimos de la escuela, que en realidad parecía mas bien una cárcel de máxima seguridad, con sus murallas altas y gruesas que habían sido construidas hacía más de veinte años para proteger a los alumnos. Hacía mas menos ese tiempo que había comenzado en el país una ola de crímenes incontrolables, según cuenta mi madre. Desde entones, los edificios públicos han sido protegidos por murallas o se han contratado militares para la pritección.
La calle estaba inusualmente abarrotada de vehículos, así que decidimos irnos a casa a pié, Dylan se fué hacia su casa por un lado y nosotras a nuestras casas, una frente a la otra, hacia el otro lado, conversando de cosas sin importancia. El cielo estaba gris por la contaminacón y hacía bastante calor
Cuando llegamos, quedamos de vernos más tarde. Entré a mi casa, una casa común y corriente, de color blanco y de dos pisos, con un pequeño jardín delantero; igual a casi todas las casas del barrio. Mi madre y mi hermano menor Ethan, de 13 años, estaban sentados en el sofá doble viendo televisión, mi padre debía estar trabajando.
-Hola mamá- saludé,
-Hola hija- me saludó.
En la televisión estaban pasando nuevas noticias de crímenes y guerras que a mi no me interesaba escuchar, era cosa de todos los días. Me senté en uno de los pequeños sillones blancos, saqué mi celular y me metí a Facebook, estaba en eso cuando el programa de televisión se detiene de repente, unos segundos después, la imagen cambia a un fondo negro, y comienzan a aparecer palabras en la pantalla:
"Esta es una programación de último minuto transmitida por el Gobierno de los Estados Unidos a través de todos los canales del país"
Las palabras se quedan ahí un segundo y nosotros asimilamos que debe ser algo importante. La imagen cambia a un escenario, sobre una tarima se encuentra el presidente del país, pero su rostro se ve diferente: está como ausente, sus ojos están cubiertos por una lámina de indiferencia ante la situación, entonces comienza su discurso con voz monótona...
"Numerosas investigaciones secretas realizadas en los últimos años en los Estados Unidos a raíz de los recientes conflictos, han llevado hace mucho tiempo a los científicos más importantes de la nación, a la conclusión de que el "amor" es una enfermedad, cuya cura ha sido descubierta y probada en los últimos días. Por lo tanto, el parlamento ha aprobado una nueva ley que decreta que TODOS los ciudadanos mayores de 18 años, serán intervenidos lo antes posible. Dentro de esta semana se les hará llegar una carta donde especificará la fecha, hora y lugar donde cada persona debe presentarse para realizar la intervención"
Luego letras otra vez:
"Este ha sido un anuncio oficial transmitido directamente desde el gobierno"