be my violet

01 | Rojo y azul

Fue en el funeral de mi hermano que caí en cuenta que había perdido a mi rojo y azul. Fue en ese funeral en el que dejé de sentirme completa.

Mi nombre es Violet, vivo en un barrio privado con mi madre y mi padrastro. Mi hermano murió en un accidente de tránsito hace una semana, y hoy estamos celebrando su funeral.

El funeral es exactamente lo contrario a lo que Ariel hubiese querido, pero yo estoy demasiado triste como para intentar cambiarlo.

Todo parecen tristes, con sus ropas oscuras, recordando por última vez lo que fue de una persona. Muchos de ellos son simples hipócritas, nunca estuvieron para él, ni para nadie de nuestra familia, y sin embargo vienen aquí a derramar sus lágrimas sobre su ataúd.

Una de esas hipócritas es mi madre. Ella no perdió a Ariel... ella simplemente perdió a su hijo. Es por eso que llora.

Ariel odiaba las celebraciones tristes, o cualquier tipo de reunión que no tuviese intención de divertir y hacer pasar a la gente un buen momento.

"La gente no se junta a pasarla mal. Si se juntan, en un principio, es por esto mismo; porque quieren dejar de estar mal. O simplemente quieren pasar un buen rato", solía decirme mientras lavaba los platos y yo los secaba.

- Violet, ¿quieres decir unas palabras? - me pregunta mi madre sacándome de mis pensamientos.

Niego con la cabeza.

- Vamos... es un momento especial, tú... tú eras cercana a tu hermano. - insiste.

- Mamá... ya basta. - le dije seria. Tenía ganas de decirle muchas cosas más, pero eso fue lo único que salió de mi boca.

- Bien... bien. - dijo entonces, arreglándose el vestido.

Una de las discusiones más fuertes que recuerdo con Ariel fue acerca de esto, de su funeral. Él me pidió que vaya vestida de violeta a su funeral, que era el color favorito de ambos. Yo me enoje con él por presentar tan estupida idea, ¿cómo es que me decía eso siendo tan jóvenes? Parecía que ya lo veía venir. Yo le grité que era un estúpido por plantear tan estupida idea. Él me dijo que solo era una broma, pero que realmente le gustaría que vaya así vestida. ¿Qué clase de broma era esa? Yo no quería imaginar su muerte. No quería imaginarme sin él. ¿Qué iba a ser sin su compañía?...

Y es ahora que descubro todo esto. Sin él. Sin mi rojo y azul, simplemente dejé de ser Violet.

No había llorado en todo lo que iba del funeral, pero las primeras lágrimas fueron por la promesa. Rompí la promesa. No fui como él me pidió que fuese. Lloro porque lo imagino decepcionado, pensando que no me costaba nada elegir una de mis tantas prendas violetas. Que no me costaba nada comprar una especial para esto. Pero yo no quise comprar un vestido violeta. No quise tomar una de mis prendas y ponermela para la ocasión. Por el contrario, tomé todas mis prendas violetas y las doné a caridad. ¿Eso le hubiese parecido bien a él? Espero que sí.

Me secó las lágrimas con mi mano y me siento estúpida por llorar. Él no me juzgaría por no ir de violeta a su funeral. Él no solía juzgar, él no solía enojarse... no conmigo.

Me levanto y mi madre me mira extrañada.

- Debo ir al baño. - le explico, y salgo en dirección al mismo.

Al llegar me encuentro con Sabrina, su ex-novia y amiga. Me alegro de verla, ella realmente lo quería. Me acerco al lavabo y veo que su maquillaje está corrido, tiene los ojos negros.

- Hola, bonita. - me dice sollozando.

Yo me quedo ahí, mirándola. Ella empieza a llorar más fuerte.

- Dios... eres tan parecida a él. - me dice y entonces se da la vuelta y me toma la cara con sus dos manos. - Tan parecida...

- Yo... - empiezo a decir. - Sabrina... lo extraño tanto.

Ella me queda mirando y más lágrimas salen de sus ojos. No hace ruido al llorar, simplemente se ven sus lágrimas caer y recorrer todo su rostro. Es muy bonita. Yo solía envidiar por eso. Pero dejé de hacerlo cuando ella me dijo lo hermosa que yo le parecía.

- Yo también lo extraño. Está bien extrañar, ¿sabes? Significa que nos importa.

- ¿Crees que el no quiere ser olvidado? - le pregunto

- Creo que nadie realmente quiere ser olvidado. Sin embargo... Ariel era alguien especial. Tan único. - me dice mientras seca las lágrimas de mi cara. Lágrimas que no me di cuenta que empezaron a derramarse.

Me empieza a faltar el aire y agarró a Sabrina de la muñeca. Ella me mira preocupada y me pregunta si estoy bien. Creo que eso fue lo que pregunto. Todo a mi alrededor empieza a girar y entonces... Negro. Lo único que veo es negro. Oscuridad. Caigo desmayada.

Cuando despierto me encuentro en un hospital.