ENTRE LILAS Y OSCURIDAD

7.2K 576 354
                                    


  ๑  

No te amo como si fueras rosa de sal, topacio
o flecha de claveles que propagan el fuego:

te amo como se aman ciertas cosas oscuras,secretamente, entre la sombra y el alma.

Te amo como la planta que no florece y lleva
dentro de sí, escondida, la luz de aquellas flores,
y gracias a tu amor vive oscuro en mi cuerpo

el apretado aroma que ascendió de la tierra.

Te amo sin saber cómo, ni cuándo, ni de dónde,
te amo directamente sin problemas ni orgullo:
así te amo porque no sé amar de otra manera,
sino así de este modo en que no soy ni eres,
tan cerca que tu mano sobre mi pecho es mía,

tan cerca que se cierran tus ojos con mi sueño.

Soneto XVII – Pablo Neruda



Por lo general Hinata Hyūga era una de las primeras en llegar a la Academia y una de las últimas en irse. Intentaba arribar a su salón de clases sin que hubiese personas dentro para evitar todo eso de los "buenos días". No era como si fuese mal educada o detestara al resto, por el contrario, le agradaban mucho la mayoría de los chicos de su clase. Su problema era de otra índole; Hinata Hyūga era demasiado tímida.

Cada vez que tenía que darle los buenos días a alguno de sus compañeros, sus mejillas se cubrían de rojo y sentía que su corazón se le saldría por la boca. Separaba los labios para decir alguna cosa, cualquier cosa, pero lo único que salía eran ruidos incoherentes y palabras entrecortadas. Por lo tanto había descubierto la forma ideal para nunca tener que pasar por la tortuosa tarea de saludar al resto; siendo la primera en llegar eran ellos los que debían acercarse para darle los buenos días si notaban su presencia en la sala.

No sólo era la primera en llegar sino que trataba de ser la última en irse. A veces barría la sala cuando los demás se preparaban para volver a sus casas o se quedaba practicando taijutsu contra troncos de madera o muñecos de entrenamiento. Esta era la rutina que Hinata Hyūga se había impuesto para no ponerse en ridículo frente al resto.

No obstante, su dignidad se vio en peligro cuando un día martes de la segunda semana de agosto una horrible visión llegó a ella mientras se acercaba a su espacio habitual de entrenamiento.

No estaba sola.

Frunció los labios nerviosa al ver el símbolo del clan Uchiha en la parte posterior de su camiseta negra. Apretó sus puños, respiró profundo e intentó mantener la calma. Ese chico ignoraba a todas las personas a su alrededor y estaba casi segura que no iba a ser diferente con ella. No tenía motivos para temer, él no le hablaría ni intentaría ser sociable, nunca se voltearía a saludarla y tampoco esperaría un "hola" de su parte.

Con ese pensamiento se paró derecha frente al muñeco de goma y comenzó a golpearlo con sus palmas extendidas a la altura del pecho una y otra vez hasta que su nerviosismo se fue disipando remplazándose con concentración, dolor y sudor.

Entre Lilas y Oscuridad - Naruto Fanfic (ItaHina)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora