La Tragedia...

*~Capitulo 47~*

Steven junto con Peridot se encontraban a punto de entrar al «Templo - hogar», estos estaban subiendo lentamente las escaleras para poder entrar.

El Chico estaba pensando en lo que había hecho Peridot con anterioridad y le resultó algo incómodo, pero para él ésta no había sido la primera vez en haber recibido algo parecido.

El Chico estaba cada vez más perdido en sus pensamientos, parece que sus pensamientos sólo se limitaban a eso.

A aquél contacto que recibió de parte de la Gema Verde.

—Parece como si nadie hubiera estado aquí—
Le dijo Peridot a Steven, porque a pesar de haber estado ahí horas antes, nadie más ha estado ahí.

—¿A qué te refieres?—
Preguntó con mucha duda aquel Chico de cabello rizado.

La Gema Verde ante aquella pregunta empezó a ver algo a través de la puerta, como si fuera una silueta.

Luego de haber visto aquella silueta, giró rápidamente su mirada para ver a Steven y luego mirar hacia ambos lados.

—Creo que algo o alguien nos está siguiendo—
Habló finalmente, Peridot.
Pero está vez lo hizo con algo de miedo y preocupación a la vez.

El Chico se dio cuenta de eso que le dijo, pero no le había tomado mucha importancia, ya que tenía sus pensamientos concentrados en otra cosa.

Steven tomó el valor y abrió la puerta lentamente, mientras que Peridot se agarraba del Chico para estar protegida. Cuando se terminó de abrir la puerta pudieron ver que había una silueta al final del pasillo.

"¿Qué será eso que está allí?"

Pensó el Chico derrepente, pero no sentía el mismo temor que sentía la pequeña Peridot.

Al encender la luz pudieron observar que no era más que ropa apilada.

—*Suspiro* Sólo es un pilo de ropa, nada malo—
Volteó la vista para hablarle a Peridot que aún seguía asustada por haber pensado que era algo grave.

—Aunque ahora que lo pienso mejor... Yo no recuerdo haber dejado ningún pilo de ropa—
Steven recordó que él ni Peridot habían dejado aquel lugar así, y no podían echarle la culpa a nadie más que a ellos.

Hizo un movimiento lento para finalmente voltear la cabeza y fijarse en el antes mencionado pilo de ropa.

Y cuando giró por completo...

Ya no estaba...

Casi al instante de haberse dado cuenta de aquello, la luz se apagó con brusquedad, provocando así el miedo de ambos. Peridot estaba más asustada que antes, y era tanto así que empezó a apretar con más fuerza el brazo de Steven.

El ya mencionado sentía aquella presión, podía sentir aquellos nervios que llevaba consigo su compañera verdosa.

Pero...

Repentinamente sintió que Peridot era arrastrada, mientras que dejaba unas marcas en el brazo de Steven.
Éste no aguanto mucho el dolor y emitió un quejido que reflejaba aquello.

Y segundos después de haber dejado de sentir el agarre de Peridot, Steven logró escuchar un grito provenir de la misma. El grito era demasiado aterrador para el Chico y casi de inmediato se dio cuenta de que no venía de Peridot, venía de...

Alguien más...

Steven estaba empezando a sudar y ponerse nervioso por aquello que los había seguido.

Después de unos minutos logró escuchar la voz de Peridot, la voz de su compañera que ahora no se encontraba a la vista del más joven.

—¡S-Steven!—
La mención de su nombre era audible, pero no sabía de dónde venía. Todo estaba pasando muy rápido para el joven Chico.