¿Alguna vez han oído de una máquina inútil? -inquirió el profesor de manejo de computadoras observando con discreción el rostro de cada uno de sus alumnos y notando que un ochenta por ciento de ellos mantenía su mente en la luna. A pesar de ello, prosiguió con su clase puesto que incluso la persona más perseverante se acostumbra a la ignorancia/pereza humana.- Por supuesto que no. -añadió el hombre respondiendo a su propia pregunta.- Todas las maquinas que existen en nuestro mundo, fueron creadas para un propósito o tal vez más que uno. Los hornos calientan, son maquinas. Las lavadoras enjuagan y lavan ropa, son maquinas. Los ascensores suben y bajan objetos e individuos, son maquinas. Las personas... -entonces con esa simple palabra añadida toda la clase le prestó atención.- Estudian, trabajan, se casan, tienen hijos y mueren, son maquinas.
Y con esa última declaración que incluía el estudio, los alumnos volvieron a desviar su atención a otro lado.
-Profesor -ella levantó la mano de la misma forma monótona que siempre- Usted dijo que no existía ninguna máquina inútil.
-Así es. -el hombre no comprendía del todo hasta donde quería llegar la joven con esa conversación .
-Si no existen las maquinas inútiles, entonces ¿Por qué dijo que las personas también somos maquinas? -muchos de los alumnos que se encontraban ahí tomaron ese comentario como una burla hacía el maestro y no pudieron contener las risas que se les iban escapando de a poco, sin embargo, el rostro de ella solo denotaba una curiosidad inocente por el asunto.-
-Porque las personas también tienen sus funciones, las personas son útiles.
-Mi mamá una vez me dijo que todos nacemos para morir, profesor ¿Morir es útil?
Sus compañeros estallaron en carcajadas por la frase tan estúpida que ella acababa de decir. ¿Cómo podría intentar debatir algo basándose en una tontería que dicen todos los padres?Qué estúpida.
-Bueno, morir es útil cuando se trata de donación de organos. -rió el maestro junto con los alumnos.- ¿A donde quieres llegar con todas esas preguntas?
-Quiero saber... Profesor -aún con aquella expresión de inocencia en el rostro cual pequeño gato curioso preguntó una última cosa.-
¿Estar intentando enseñar a un montón de futuros mediocres es útil?
Esta vez, ya no hubo una verdadera respuesta de nadie.
Porque ante los ojos de ella.
Todas las personas son maquinas inútiles que se descomponen a si mismas.
Y ella no es la excepción.
