Yo soy Scarlet Cooper, una universitaria, me habían pedido contar una historia para mí clase de lenguaje. Iba caminando por el parque, todo era hermoso, de pronto, vi a una niña con una sudadera y el gorro puesto, ella estaba sentada en el piso, recargada en el tronco de un árbol, un bellísimo árbol. En sus manos tenía una navaja, tenía las mangas remangadas, y la navaja estaba en su muñeca, con el filo recargado en su piel.
-¿Puedo ver? -Dije acercándome, ella subió su mirada hasta verme
-¿Ver que? -Dijo extrañada
-¿Ibas a cortarte a propósito? -Pregunté
-¿Te refieres a suicidarme -Yo asentí -No. no soy estupida, la gente en depresión hace estas cosas a diario, por qué piensa que no tiene una razón para vivir, que se lo merece. Pero no. Yo tengo mis razones para vivir. No me iba a cortar -Dijo la pequeña, en sus ojos se veía dolor
-Yo soy Scarlet ¿y tu?
-Rebeca.
-El suicidio es algo de locos.
-Ay locos que tiene sus razones, si yo me suicidara, pertenecería a esos locos. Tan solo tengo 14. Y....no
-Tienes razón, tienes una vida por delante, pero, si no ibas a suicidarte ¿que hacías? -me senté a su lado
-Yo.....ensayaba para una obra de teatro -Algo me dijo que si era una de esas locas, que planeaba hacer una locura
-Una obra muy extraña por lo que veo
-Si. Fue un placer, pero debo irme
-Muy bien. Adiós pequeña Rebeca
-¿Pequeña?
-Oye yo soy mayor
-De acuerdo -Dijo no muy segura -Adiós -Se fue. Y esa fue la última vez que vi a la pequeña Rebeca.
-Muy bien, buena historia. Aprobaste -Dijo mi profesor. Yo tome asiento. Me quede pensando en esa extraña chica, que quería ver cómo me suicidaba.
