Verano, calor, playa, diversión, música, arena, brisa, mar... locura.
Jessica y Nick iban a pasar otro verano juntos, lo que ellos no sabían era que aquel verano iba a ser completamente diferente a los anteriores. Jess ya no era una niña, e iba a rebelarse. Iba a ser un verano lleno de locuras. Nick no podía evitar ser tan protector con Jess... su pequeña Jess. No quería que la dulce e inocente chica, que él había visto crecer, sufriera por algún estúpido que no merecía ni sus sonrisas, ni sus labios y, mucho menos, su corazón.
Pronto Nick se dio cuenta que lo que estaba intentando era agarrar las olas, mientras éstas se escapaban entre sus dedos.