Último Beso

179 24 6
                                    


Nota Inicial: Escuchen la canción las veces que sean necesarias. Le va a dar ese toque especial.

 Le va a dar ese toque especial

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Último Beso


¿Oh dónde, oh dónde podrá mi amor estar?

El Señor se lo llevó lejos de mí.

La brisa removía levemente su cabello, el cual había crecido un poco el último tiempo. Su cuerpo estaba protegido por un largo abrigo color chocolate suave, junto a una bufanda grisácea y unos guantes negros.

El atardecer comenzaba a tomarse aquel lugar, dándole a sus plateadas hebras un toque dorado, cuando los demás comenzaron a irse. A pesar de ser una tarde de primavera, el ambiente era frio y poco agradable. Solo un idiota se quedaría más tiempo soportando aquel cruel clima.

Y él era un idiota, en palabras del joven de negruzcos cabellos.

Se ha ido al cielo,

así que debo ser bueno

Así podré ver a mi amor cuando deje

este mundo...

Yuuri siempre le llamaba idiota por pasearse semi-desnudo por su departamento durante las más heladas tardes en invierno, pero él aceptaba sus palabras como cumplidos. Tener un aguante titánico frente a los gélidos climas no era su culpa, solo quería ser bueno para el chico de ojos más cálidos e inocentes que Viktor había conocido.

Estar parado allí era otro intento de que Yuuri viera su noble corazón.

– Hola bebé. ¿Cómo estás? Espero que muy bien. Yo estoy como siempre, ya sabes. Quería contarte que fui invitado a la gala del Grand Prix Final de este año, según los organizadores, ganar siete veces una final es algo que debería celebrarse, a pesar de que me haya retirado. Hubieras visto la cara de Yurio cuando le conté que volvería a las pistas... Fue como cuando... – Algo le impidió seguir hablando.

Las lágrimas caían sin cesar de aquellos bellísimos orbes azulados nublados por la tristeza. Se sacó los guantes para sacarse el rostro, pero aquello no causó ningún efecto en su doliente corazón, pues este seguía apretujándose dentro de su pecho, cegado por el desconsuelo.

– Lo... Lo siento Yuuri... No quería llorar, es solo que esto me está superando –. Los sollozos inundaban su voz, acompañando a las gruesas lágrimas que caían sin tocar sus blancas mejillas –. Si solo hubiese visto ese auto a tiempo... Perdóname mi amor, por favor, perdóname.

Estábamos fuera en una cita,

yendo en el auto de papá

No habíamos llegado demasiado lejos

Last KissDonde viven las historias. Descúbrelo ahora