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Al atardecer, Hoseok estaba afuera dando un paseo por las calles cercanas al departamento. Namjoon había dicho que iba a llevar a Jungkook a sacar su licencia de conducir, pero al final se llevó a Jimin y Taehyung con ellos, así que Seokjin y Yoongi se habían quedado en casa. No tenía nada que hacer, había terminado su trabajo de hoy e incluso tenía tiempo libre; ya había entregado el trabajo de la semana y aún faltaban dos días para que volvieran a pagarle.

Hoseok caminaba por la banqueta de enfrente a un consultorio de un oculista, donde en el vidrio enorme podía reflejarse perfectamente, cuando su celular sonó. Sacó el celular de su bolsillo trasero y miró que el contacto que el celular mostraba era "Jinnie".

—¿Hola?—
—Hoseok, necesito que hagas algo por mí.—
—Ehm...—hacia un sonido de insinuación mezclado con sarcasmo.
—Nada malo, pequeño cabeza hueca.—Seokji se quejó y Hoseok soltó una carcajada.
—Ya va pues, dime qué necesitas.—
—Ve al mercado; si traes el auto, dejé la lista y el dinero exacto en la guantera, para que no te lo vayas a gastar en panecitos.—Reafirmó su tono de voz al decir esto último.
—Está bien. No tengo nada que hacer.—Hoseok se miraba en el reflejo del vidrio mientas encogía los hombros hablando con Seokjin.
—Bien, entonces gracias, te espero en casa.—y así terminó la llamada.

Hoseok retrocedió y se dirigió al auto, quitó la alarma y se subió al asiento del copiloto a buscar aquella lista junto con el dinero. Al encontrarla, se colocó en el asiento del piloto y arrancó el auto para dirigirse al mercado.

Un rato después, luego de haber recorrido todos los pasillos sin encontrar el maldito frasco de vainilla para pastel, llegó al fondo del mercado, en la frutería. A lo lejos se miraba un cartel enorme que decía "A mitad de precio" y bueno, a Hoseok no le faltaba el dinero pero era todo un cazaofertones.

Se acercó, y ahora con menos distancia alcanzó a leer que lo que estaba a mitad de precio eran paquetes de fresas. Se veían saludables, frescas y coloridas.

Entonces Hoseok recordó a Yoongi.

Hoseok sabía que a Yoongi le gustaban mucho las fresas; pero no podía salirse del presupuesto que Seokjin le había dado. Buscó en su bolsillo y encontró algunos billetes, comparó los precios y su dinero y justamente alcanzaba a comprar dos paquetes. Así que no dudó un segundo y las tomó para echarlas a la canasta.

Pensó en compartirlas con Yoongi. De seguro le gustarían estas, ya que se veían muy rojas y jugosas. Hoseok también pensó en la pálida piel de Yoongi y lo bien que combina con las fresas; el verde vivo de las pequeñas hojas y lo brillante que se vería en contraste con ellas mismas.

De repente una increíble imagen llegó a su mente; increíblemente estético según Hoseok.
Se encontraba Yoongi sentado sobre sus rodillas, usando solamente una camiseta puramente blanca que le quedaría como vestido debido a la talla. Su blanca tez irradiaba luz propia seguramente, sus cabellos y ojos negros llamando fuertemente la atención en contraste con su vestimenta y piel. Él completamente rodeado de cientos de fresas que parecían recién tomadas de la flora, brillantes, un color rojo tan limpio como la tela, en mezcla con perfectamente impecables y visibles semillas incrustadas en el cuerpo de aquellas frutas; formidablemente acomodadas hojas de un verde brillante. Una combinación tan hermosa, tan nítida, tan suave; aquellos colores que transmitían la tranquilidad pero el deseo, la actividad, y por supuesto, lo más importante, Yoongi.

Postrado ahí mismo con una mirada increíblemente penetrante, pero a la vez capaz de brindarle paz a toda la humanidad. Era también imposible ignorar aquellos labios que se veían esponjosos, cristalinos por la mezcla de saliva y el jugo de la fresa, un color que a Yoongi le quedaba mucho; y más a sus labios. Una expresión monótona de insensibilidad que no cambiaría hasta captar los ojos del visor; Hoseok.

Hoseok imaginaba a Yoongi viéndolo, de una mirada asesina cambiaba a ser una suave, tímida, indefensa.

Maldición, qué ganas.

Hoseok estaba parado en medio del pasillo; o en la luna, nadie sabe. El problema es que este sueño al despierto se había arruinado al darse cuenta de que estaba bloqueando el paso y tenía cara de idiota.

Así que volvió al trabajo. Hoseok había dado una última búsqueda por la vainilla para pastel, buscó en el pasillo de repostería y como siguió sin encontrar, terminó trayendo vainilla de otro tipo.

Dulce Fruta | YOONSEOKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora