Capítulo Unico

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Era un tranquilo día de verano en Ostente, Peiker y yo estábamos aburridas, así que nos pusimos a hablar sobre cuentos de terror, Peiker contó de una viuda que era bruja.... Algo así, a la mitad de mi historia "La cabaña fantasmal".
Un sonido extraño interrumpió mi voz.



Hoy me arrepiento de haberle prestado atención a ese ruido, pero de nada sirve lamentarme, bueno, en ese momento Peiker dijo:

_has oído eso?
_.... No... Tu... Has oído algo?
-si.. Un sonido extraño.. Tengo miedo.
_miedo de que? Seguramente que es un perro o algún pájaro.




No pude terminar de decir pájaro cuando un gruñido interrumpío la charla, miramos a todos lados, pero nada.

Seguimos hablando pero no continuamos con los cuentos de terror, de repente volvimos a oír el mismo sonido una y otra vez.

Se corto la luz, escuche gritar a Peiker, la busque pero en la oscuridad no pude ver nada, me tropecé con una silla.


Los sonidos se escuchaban cada ves más lejos, al igual que los gritos de Peiker, luego silencio absoluto... Me pare y después de unos minutos encontré el interruptor de la luz, luego de prenderla vi la silla con la que me tropecé la cocina estaba vacía, mamá y papá todavía no llegaban del trabajo.

Llame a Peiker, tal vez unas mil veces y de repente me quedé helada al ver marcas en el piso, hechas con... Las uñas, esa cosa se había llevado a mi hermana y ella trato de retenerse rasguñando el piso, pero lo que sea que se la llevo lo hizo igual.



Recorri toda la casa, incluso busque afuera pero Peiker no estaba, luego unas luces me encandilaron justo en los ojos, era el auto de mamá y papá que acababan de llegar.

Cuando les conté sobre la misteriosa desaparición de Peiker no me creyeron, pero comenzaron a creerme al ver las marcas en el piso. Llamaron a la policía, ellos me hicieron todo tipo de preguntas, yo les respondí todo con lujo y detalles.



Oí que le decían a mis padres que era conveniente llevarme a un manicomio YO NO ESTOY LOCA! mis padres dijeron que no.


Luego de la desaparición de Peiker no volví a hablar con nadie durante meses ni siquiera con mis padres, mi frustración era tanta que un día intente suicidarme, pero mis padres llegaron a tiempo.

Nos mudamos a buenos aires y allí nos quedamos, no quise volver a saber nada de Ostente y jamás supe que era esa cosa del sonido que se llevo a mi hermana, y lo peor se todo es que después de 10 años, Peiker sigue desaparecida.

Fin

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⏰ Última actualización: Mar 02, 2017 ⏰

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