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-Señorita Collins, sí mi clase le causa sueño, podría retirarse.

Levanté la cabeza de la mesa, tenía la hoja pegada de la mejilla y mis compañeros rieron. La señora Lee estaba frente a mi con esa horrible falda gris que me daban ganas de llorar. Suspire y me puse de pie, no tenía razón para quedarme o decirle que no lo haría más, de todas formas no le agrado.

No pude dormir, nada, la maldita motocicleta estuvo hasta las cinco de la madrugada rugiendo ¡Y luego se le unieron unas dos más!

Los pasillos estan vacios, unos más que otros alumnos estan saltándose sus horas. Por mi parte me voy directo a la entrada del colegio y me siento en uno de los bancos, más bien me acuesto en uno de ellos poniendo mi cabeza a descansar sobre mi bolso. Quizás me tenga problemas con el director sí me ve así, pero necesito dormir un rato. Mis parpados están pesados y estoy en un sueño profundo, entonces la escucho de nuevo… fuerte, rugiendo y aff, molesta.

Me siento rápidamente y miro hacia los lados, no hay nada, ni nadie. ¿Estaré volviéndome loca? Me pongo una mano sobre la frente y suspiro, odio no dormir.

Unos brazos me rodean por la cintura, el olor de un perfume que conozco me llega a la nariz…

-¡Louis! -Grito contenta, sí tenía sueño ahora no lo tengo.

-¡____! -Dice tan feliz como yo.

Me volteo y lo abrazo contenta, Louis es mi mejor amigo en todo el mundo y recién estuvo en el hospital con una gripe terrible. Pero ahora ha vuelto. Me levanta del piso y me da vueltas, da un beso en mi cabello y yo rio.

-¿No se supone que debes estar aislado de todos porque eres una masa de mocos grotescos andante? -Le pregunto cuando ya estoy en el piso.

-¿No se supone que debes de estar diciendo que me amas y que soy asombroso, que me extrañaste y que te dolió no haberme visto toda estas semanas? -Louis pone sus manos en su cintura y pone pose de mujer.

-Te extrañe un montón ¿Estas bien?

-Sí, claro.

Entramos por la puerta hacia la escuela y pasa su brazo por mis hombros, pegandome a él.

-¿Sabes que existen enfermeras lindas?

-Que asco, coqueteabas con tú enfermera.

-Ehmmm… sí, era ardiente.

-No cambias Tomlinson. -Negué con la cabeza riendo.

-No puedo negarles a ninguna mi asombrosidad.

-Asombrosidad, no es una palabra.

-Como sea. –voltea los ojos.

Me carcajeo hasta llegar a la cafetería, nos sentamos en una mesa con Jes, quien tiene cara de tampoco haber dormido bien. Louis le jala los mechones de cabello rubio para que ella se moleste mientras yo como una ponque se chocolate, algunas chicas estan al rededor de la mesa intentando que Louis les preste atención. Babosas, siempre de regaladas, él es guapo, muy hermoso. Pero no tienen que actuar así de perras con él, Kimmy se sienta en la mesa con su diminuto uniforme de porrista y sus coletas.

-Hola, Louis -Dice ella. Se inclina hacia adelante enseñando más sus pechos.

-Zorra -Canturreo en voz baja. Me lanza una mirada con odio y Jes se ríe.

-También estamos aquí, Kim. -Dice Jes.

-Aja -mueve la mano en el aire y mira a Louis- ¿Te gusto el regalito que te mande al hospital?

-Oh -Dice Louis, se endereza y sonríe- claro, quiero ver como luce en ti esa pequeña tanga azul…

-¡Ay basta! -Grito entre risas- ¡Esto es asqueroso!

-¿Disculpa? -Pregunta Kimmy.

-Que eres un asco Kim -Repito- ¿Eres así de zorra con todos o eso solo con Louis?

No le doy tiempo de responder, porque camino hacia Louis le doy un beso en la mejilla y me llevo a Jes.

-No respondas, es con todos. Nos vemos en clases, Louis.

El árbol del ahorcadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora