Ser impulsivas es unas de las características que tenemos mi madre y yo, también es una condena.
*flashback*
Noche del jueves 21 de noviembre 2013
-¡¡¡Mamá!!! Voy a salir con mis amigos a Olmo's - Decía poniéndome mi preciada campera de jean a punto de abrir la puerta del departamento.
Parece que no me escucha... Y tengo que salir ahora. Dejé las llaves sobre la mesa y con una cara de fastidio al esperar unos segundos, di unos pasos hacia la habitación de mi madre y confirmé lo que pensaba, estaba dormida, enredada en sus sábanas atigreadas y su típica almohada cubriendo su despeinada cabellera.
Con un sonido gructual, tomé una de las almohadas caídas y le pegué con ella a mi madre en el culo para que me diera bola y se despertara.
-Uhm... ugh... mmmh?- Alejandra se removía entre las sábanas.
-Mamá, voy a salir con mis amigos. - Impaciente.
-Egm... Bueno, agarra dinero de mi billetera en la cartera...Ugh.. ¿a dónde vas?- gloriosamente me miró con un ojo, el otro aún cerrado ocultado con una fuerte capa de mezcla de delineador y sombra negra (todo corrido).
-Dale. Vamos a Olmo's, me están esperando en el coche de Franco, a una cuadra que va directo. - Rodé los ojos y salí de la habitación.
Tomé $100 y los guardé en mi billetera, otros $20 (de reserva) los guardé en el corpiño y estaba a punto de salir cuando...
-¡Oye Azul! Tráeme una lata de la birra que me gusta. - sorpresivamente, la voz de mi madre salió tan fuerte que creo que se escuchó hasta el cuarto piso.
-¡Claro que sí! - Con una sonrisa traviesa salí cerrando el departamento y bajando dos pisos llegué a la recepción, saludé y abriendo las puertas del edificio una ráfaga de viento me recibió al fresco de la noche, levantando mis cabellos y un poco de la falda que estaba usando, siendo así que a mis 17 años tenga que bajar una mano y ponerla en su lugar.
Mis zapatos negros resonaban al asfalto con cada paso que daba, al darme cuenta que no había casi nadie a la vista me apresuré un poco más. Cuando estaba a punto de llegar a la esquina, diviso una silueta a un costado de la rockería que suelo ir y mis ojos se asombran por lo cual hizo que redujera mis pasos.
- Hey niña, no te detengas, acá hay camino libre...- Una voz ronca se escuchó entre la penumbra.
Haciéndole caso omiso, continué mis pasos y fui por la vereda de en frente pero cuando lo hice, la persona se hizo presente, alumbrándose así con uno de los focos de calle.
Lo miré de reojo, estaba usando unos jeans rotos, unos zapatos elegantes muy gastados y un saco más grande que él . Ví que me miró justo cuando terminé de analizarlo por unos microsegundos y al parecer estaba cruzando la vereda también, a donde yo... estaba.
-Dejame, estoy apurada.
-Que lindas piernas que tenés, ¿no querés ir a caminar conmigo? Está hermosa la noche, para una chica joven que parece estar apurada. - se me insinuó.
No le di bola y apresuré mis pasos cada vez más, pero el hijo de puta me agarró del brazo justo cuando pensé escapar, mi pelo largo dio un giro y nos miramos fijamente. En eso actué rápido y le dí en la cabeza con mi bolso, al parecer le dolió y se quedó atontado, lo cual me dio tiempo de huir y divisé el auto rojo de Franco así que les hice señas con las manos y la luz de en frente se prendió y escuché el sonido del motor. Me acerqué más y escuché una voz chillona.
-Yeeeeiii!! Azul! Al fiiiiin!!- identifiqué la voz de Lucero, la cual me abrió la puerta trasera y sin más entré.
-Ya estamos! Arrancá el auto que no puedo esperar más- Era Micaela, la cual estaba al lado de Lucero, del lado contrario a mi puerta.
-Hola Azul, que bueno que llegaste, cerrá la puerta así arranco - decía Franco sonriendo.
Cerré la puerta con un golpe que hizo resaltar del asiento a Carime la cual estaba "relajada" en el asiento copiloto.
-¿Ugh?- miró hacia atrás y me saludó con un beso en la mejilla - Hola! Cómo estás?
-Uf que noche, bien ahora que estoy acá, dale Fran arrancá - Con una sonrisa desganada la miré y me puse el cinturón.
Acomodé mi cartera por delante y el auto ya estaba en marcha. Llegaríamos en 5 minutos.
Abrí mi bolso para chusmear mi celular, mientras escuchaba por encima las conversaciones de mis amigos y ví que mi estuche de maquillaje estaba un poco abochado lo cual me sorprendió porque yo no lo tenía así, no será que mi madre me lo agarró y... ¡Espera! Creo que fue esto lo que causó el fuerte golpe al tipo de hace un momento!
Una risita se me escapó por lo bajo y Lucero cortó su conversación para mirarme y preguntarme si estaba todo bien.
-Si Lu, pasa que un vagabundo me quería acosar en la calle, y le pegué con mi cartera. ¡Lo dejé atontado! - Contaba mientras extendía mis manos expresivamente.
-Que onda Blue! No te creía así - decía Mica desde el otro lado y me miró guiñándome el ojo.
-Tenía un poco de miedo y me vine corriendo, pero ya está ¡Qué va! Si a todos les pasa. -Hablaba con indiferencia.
-Tenés que tener más cuidado, más que no traés una capucha, solo tenés esa campera de jean y una pollera que deja a desear ¡Oh Azul! Que haría si te perdiera! - Decía dramáticamente Carime, lo cual hizo que pusiera mis manos sobre mi cara.
-¡Auch!- Carime aulló cuando Franco le "pegó" en el hombro.
-No digas tonterías, Azul sabe como defenderse. - Franco me miraba por el espejo retrovisor y yo alerté ese guiño.
Carime le miró y sacó un auricular de su oído gritándole
- Vos ocúpate por mirar bien la calle. - Lo calló.
-No se peleeeeen... - Dijo burlonamente Lucero.
Y así estuvieron los 5 minutos y algo que duró el viaje.
Risas, empujones y un "yo" intranquila pero feliz de ver a mis amigos de nuevo, aunque falta uno todavía que estamos por ver en el bar y nos espera con las bebidas. "Tengo todo fríamente calculado" me mensajeó en el auto dando un doble sentido, por lo cual avisé y todos quedaron locos sabiendo lo que esperaba.
***Gracias por leer la historia! esto es solo el comienzo, tengo la idea de ir por fechas, presten atención, en este capítulo y el siguiente, Azul tiene 17 años... es una neeeeena 😆
sin más me despido 😘
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Desadaptadas
Teen FictionEsta es la historia de Azul y su madre Alejandra. Azul es una adolescente metida en el cuerpo de una adulta y su madre igual. Acopañalas a descubrir su historia, y la de sus amigos.