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Julie es como me llaman todos. Tengo 17 años, mido 1.70 , no soy delgada pero tampoco gorda. ¿Se entiende, verdad?  Tengo cabello largo, por debajo del pecho, ondulado y de una tonalidad rubia que pareciera tornar colorada según la luz. Mis ojos son celestes, aunque Anna, mi mejor amiga, siempre me dice que los ve grises. Vivo en San José, California, con mis padres Benedict y Jess.  No tengo hermanos, por lo tanto soy bastante consentida. De hecho, los escuché hablando sobre regalarme un auto como regalo de graduación. ¡Estoy más que feliz! 

Desde que papá trabaja en la nueva empresa podemos permitirnos ciertos lujos, evidentemente esta era mi gratificación por haberlo animado a jugársela por el puesto. Aún lo recuerdo, estaba tan nerviosa, si eso llegaba a salir mal, no quiero ni imaginarme qué habría pasado.

*Flashback*

-No puedes hacer esto, es una locura. -repetía mamá casi gritando mientras recorría el living histérica- No podemos simplemente abandonar San Francisco, es la ciudad que te ha dado todo, que NOS ha dado todo -se corrigió- 

-Jess, cariño, si te preocupa Julie, he averiguado de varios colegios allá, son de alto nivel académico. Y conseguiríamos casa enseguida. Cielo, no puedo hacer esto sin tí...

-Es cierto mamá, deja de gritar y relájate un poco. Papá sabe lo que hace, no estaría planteándonos esto a no ser que esté muy seguro de lo que hace. -miré a papá con una sonrisa- ¿No es así?

-Exacto, preciosa. -acarició mi cabello- Vamos Jess, confía en mí...

*Fin Flashback*

 Sigilosamente corrí hasta mi habitación y me tiré en la cama con mi teléfono, tenía que contárselo a Anna.

 Sigilosamente corrí hasta mi habitación y me tiré en la cama con mi teléfono, tenía que contárselo a Anna

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                                                                   *       *       *      *

Me desperté temprano para tener tiempo de alistarme antes de ir al colegio. Me duché para despabilarme, sequé mi cabello y me hice una colita. Me puse mis aros, mi collar y mi anillo favorito, más un poco de máscara de pestañas para resaltar mi mirada.  En la escuela se debe usar obligatoriamente una remera con un logo a modo de uniforme, así que sólo me puse un jean azul, la mencionada remera, y unas convers oscuras. A veces lo simple es lo mejor.

Mamá me esperaba en la planta baja como de costumbre, papá leyendo el diario y tomando un café en la mesa, al lado suyo me esperaba mi taza con dos medialunas. Los saludé alegremente y cuando estaba terminando mi desayuno escuché la bocina de al lado, lo que significaba que Anna ya estaba lista para irse. Desde que el año pasado le habían dado su auto, para que pudiera manejarse más independientemente, íbamos juntas al colegio. Además de estar de buen humor desde temprano, le facilitábamos un poco la vida a nuestros padres.

Nos pasamos todo el camino escuchando Halsey, The Chainsmokers, The Weeknd, y otras bandas más que le gustan a mi amiga.

Mientras Anna estacionaba, yo hacia distraídamente un ritmo al compás de Starboy con las uñas,  ladeando la cabeza de vez en cuando.

" Moored."Donde viven las historias. Descúbrelo ahora