Introducción

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Desde hace mucho tiempo, más del que mis familiares y mis antepasados recuerdan. Fyrin ha sido atacado por elfos oscuros, tan poderosos como temidos por aquellos que intentamos proteger el bosque de luz y a los pegasos de sus debastadoras luchas y bestias sedientas de sangre.

Cada cierto tiempo una familia debe entregar a un miembro de los suyos a esos elfos para una tregua de paz, pero llevaba sin hacerse muchos años debido a que ningún elfo oscuro había aparecido por el lugar.

Desde pequeña acostumbré a escuchar las leyendas de Kylon y sus bestias. Todas las madrugadas iba al bosque de luz intranquila para ver que los pegasos y el estanque de peces dorados siguiese como debía. A pesar de que Arnor y sus dos ayudantes vigilaban el lugar ya que nunca había que bajar la guardia por si las moscas. Pero como decía, yo siempre iba a vigilar, adoraba tanto aquel mágico sitio que solo de imaginarlo destruido el mundo se me venía encima...

El brillo de aquel hermoso bosque, tan verde y tan limpio era nuestra razón de ser, el motivo por el que nos despertábamos día a día con energía y ganas de trabajar para cuidarlo. Las frutas de aquellos majestuosos lugares eran el agradecimiento hacia nuestra labor. Recuerdo el sabor de la manzana roja, tan dulce como la miel. Hacíamos tartas y pan relleno de ellas para las fiestas y reuniones importantes. Junto con el zumo de uvas más rico que podía existir, pero no es solo eso lo que me llenaba el corazón de alegría. Eran todas y cada unas de las personas que festejaban felizmente unidas como una sola...

En ninguno de aquellos maravillosos momentos podía saber todo lo que estaba apunto de suceder, de haberlo sabido creed que habría hecho algo, de cualquier forma lo habría evitado. Daba igual como, pero cualquier cosa antes de ver todo lo que vi ante mí....

KylonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora