Diario de un corazón roto.

De nuevo hoy lo vi. Lo vi sonriendo(le), lo vi feliz y dichoso. Mis ojos se inundaron de cálidas lágrimas que con poca consideración fueron bajando por mis mejillas hasta unirse en mi mentón. Quise desviar la mirada, evitar verlo de esa manera... con ella. Pero no fue posible. Lo extraño. Extraño que me mire de la misma manera en que ahora la mira. 

-Hey!, ¿estas bien?- uno de mis pocos amigos se había acercado mientras estaba absorta en mi dolor, ni siquiera le había escuchado. Coloco una mano sobre mi hombro derecho y con suavidad me dio un apretón. 

-Claro que estoy bien- Las comisuras de mis labios se alzaron componiendo de nuevo esa mascara que he llevado desde aquel funesto día.

-.....- el silencio de su parte provoco que posara mi mirada sobre la suya, pero la suya esta viendo por encima de mi, rogando que no fuera lo mismo que yo observaba, seguí su dirección. Si lo era. -¿Así que estas bien, eh?-  Clavo sus ojos marrones en mi rostro y levanto una mano, posando uno de sus dedos con suavidad contra mi mejilla para limpiarme una lágrima que no había sentido fluir.

- Olvidalo, John- Un suave susurro parecido a mi voz broto de mi garganta- Él es feliz y es lo que importa- Volví la mirada hacia el origen de mi llanto y Sonreí mientras miraba su semblante sereno y lleno de satisfacción- Claro que me gustaría que fuera conmigo, pero si esta con ella es porque es mejor que yo ¿no? 

-¿Acaso eres idiota? ¡Esta con ella porque fue mas fácil y lo sabes!- John me jalo de un brazo y me atrajo contra si, presionando mi cabeza contra su pecho. -No vale la pena.

No pude mas que sonreír con tristeza contra su pecho, escuchando el latir de su corazón.-Para mi él vale toda la pena del mundo, lo amo- Mis dedos temblaban descontrolados, mientras un torrente de recuerdos se arremolinó en mi cabeza. Recuerdos que daria la vida porque volvieran a hacerse realidad- ¿Como es que él pudo dejar de quererme en tan poco tiempo? ¿Acaso soy tan insignificante?- Los labios me temblaba, iba a llorar de nuevo.

-No, no lo eres- La paciencia en su voz me indico que queria gritar pero se contenia- Eres la chica mas dulce y encantadora que conozco, cualquiera seria mas que feliz por estar contigo... yo lo sería- La ultima frase fue apenas un susurro que no alcance a oir porque justo en ese instante mi movil empezo a sonar. 

-¿Hola?.... Si, lo sé, ya vamos... jajajajaja perdón se nos fue el tiempo.... no, no es eso..... Si, llevo suficiente.... Nos vemos en media hora, no se te olvide el libro que me prometiste- La llamada era de una amiga mutua, nos habiamos quedado de ver en su casa y luego ir a comer pizza al restaurante de sus padres, estaba de mas decir que ibamos tarde. Despues de colgar levante la mirada hacia John y vi que estaba sonrojado-¿Pasa algo? Te ves rojo, Johnny- sonrei algo confundida- Ya es tarde, ¿nos vamos?

-¿Esa era Shirley? De seguro ya estaba desesperada y solo han pasado 5 minutos- John rodó los ojos divertido y ambos soltamos una carcajada- Esa chica es imposible. - Me ofrecio el brazo derecho y se irguio cuan alto era- ¿Me permite escoltarla, hermosa señorita?- 

-Oh, que amable es usted, caballero- tome su brazo y pegue mi cabeza contra su hombro mientras caminabamos- Gracias John.- 

Esa tarde fue esplendida, rei mucho y comi demasiado. Pero no podia sacar de mi cabeza aquella vision de él sonriendo, cada vez que lo recordaba era como clavarle mil espinas a mi ya adolorido corazón. Pero lo peor, era que lo peor no habia ni comenzado.